Se informó que los migrantes estaban cubiertos con una lona, pero al acelerar el vehículo para alejarse de los guardabosques y el helicóptero, los hombres tenían problemas para sujetar la lona, señaló Cáceres. “Ellos deben haberlos visto”, agregó.
El ataque ocurrió en un camino de terracería cerca del poblado de La Joya, justo al norte de la frontera con México.
Según Guardabosques Estatales se toparon con el vehículo ayer (jueves). Después que el conductor se negó a detenerse, éstos pidieron refuerzos por radio y la Policía Estatal respondió, indicó Mike Cox, vocero del departamento de Parques y Vida Silvestre.
Al llegar el helicóptero con un francotirador, los agentes sospecharon que el vehículo parecía transportar “una típica carga de droga” y que se movía a velocidad imprudente, señaló la Policía.
Tras disparar hicieron estallar los neumáticos de la camioneta, el conductor perdió el control y chocó en una zanja. En el percance fueron arrestadas ocho personas que estaban en el picop. Al menos siete de ellas también eran de Guatemala. No se encontraron drogas.
El francotirador recibió una suspensión administrativa, procedimiento usual luego de ese tipo de incidentes. Un experto en persecuciones policiales dijo que la decisión de disparar a la camioneta fue “un acto imprudente que no sirvió a ningún propósito legítimo de cumplimiento de la ley”.
“En 25 años siguiendo persecuciones no había visto una situación en la que un agente dispara a un vehículo que va a alta velocidad desde un helicóptero”, dijo Geoffrey Alpert, profesor de Criminología en la Universidad de Carolina del Sur.
Tal acción sería razonable sólo si “uno sabe con certeza que la persona que conduce el vehículo merece morir y que no hay otros ocupantes”, agregó.