Familias de padres inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos desde hace años pero con hijos nacidos en este país y por tanto ciudadanos, temen ser separadas por los funcionarios de la agencia inmigratoria ICE.
Ana, de 26 años, esposa y madre de dos hijos, fue detenida hace dos años “solo por parecer latina” y ahora vive esperando ser deportada a su Guatemala natal.
“Tenemos temor de que la familia sea separada”, dijo la joven mujer que le solicita a Obama un “permiso de trabajo para estar legalmente” en Estados Unidos.
“Mi país no es lugar seguro para mis niños” , afirmó.
A medida que el proyecto de reforma del sistema migratorio se iba empantanando en el Congreso, los activistas a favor de los inmigrantes intensificaron en los últimos meses sus pedidos a Obama de que tome medidas unilaterales para detener las deportaciones, que batieron un récord durante su mandato.
Pero el problema fronterizo ha tomado un cariz distinto con la masiva llegada ilegal de menores a Estados Unidos, quienes cruzan a pie la frontera con México sin compañía de sus representantes.
Al menos 57 mil 525 menores de edad sin compañía de adultos fueron interceptados desde el pasado octubre en la frontera entre Estados Unidos y México, tras emigrar clandestinamente en busca de sus familiares o huyendo de la violencia en sus países.
Tres cuartas partes de ellos provienen de El Salvador, Honduras y Guatemala, lo que condujo a una reunión especial de Obama con los mandatarios de esos países este viernes en Washington.
Obama y congresistas desean enmendar una ley antitráfico de seres humanos del 2008 con el fin de acelerar las expulsiones de menores provenientes de países no fronterizos.
Pero para el reverendo Santos, “lo más importante es crear un sistema justo para que estos niños tengan acceso a un proceso legal” y puedan presentar debidamente sus casos.
De lo contrario, “podemos estar devolviendo a muchos niños que son legítimamente refugiados”, afirmó.
“Tenemos que lidiar con la realidad de violencia, pobreza y pandillas en esos países, y de cómo nosotros (estadounidenses) estamos alimentando ese proceso”, subrayó.