El programa beneficiará solamente a los menores que se encuentren en esos tres países y no a aquellos que llegaron a Estados Unidos de manera irregular.
El vicepresidente Joe Biden formuló el anuncio en el Banco Interamericano de Desarrollo, donde los mandatarios de las tres naciones centroamericanas le presentarán un plan para reducir el flujo de niños que emigran de manera irregular al norte.
Biden, dijo que cree que los países del triángulo norte de Centroamérica pueden convertirse en “la próxima historia de éxito” en el continente, pero advirtió de que “ninguna asistencia financiera va a resolver” sus retos de seguridad y pobreza.
“No veo ninguna razón por la que Centroamérica no pueda convertirse en la próxima gran historia de éxito en el hemisferio, y hay muchas en el hemisferio”, señaló Biden.
“Pero ninguna cantidad de asistencia financiera va a resolver este problema. El ingrediente clave no es el dinero, sino la voluntad política para tomar algunas decisiones extremadamente difíciles en esos países” , añadió el vicepresidente.
Funcionarios del gobierno estadounidense que solicitaron el anonimato para hablar del programa antes de su anuncio formal, dijeron que aquellos niños considerados legalmente como refugiados podrán trabajar legalmente de inmediato, optar al año siguiente a una residencia permanente y cinco años después a la naturalización.
Uno de los funcionarios dijo que los menores centroamericanos con los debidos requisitos serán parte del cupo de cuatro mil personas procedentes de Latinoamérica a los que Estados Unidos otorgará estatus de refugiados durante el año fiscal en curso que comenzó el 1 de octubre. Agregó que inicialmente esperan recibir escasas solicitudes.
El cupo anual de refugiados latinoamericanos actualmente está destinado a cubanos y colombianos.
Decenas de miles de menores no acompañados fueron detenidos tras ingresar sin autorización a territorio estadounidense en el último año, según la Policía de Aduanas y Protección Fronteriza. La mayoría procedía de Honduras, Guatemala y El Salvador.
El programa administrativo, que no requiere la participación de jueces, comienza cuando el padre residente acude a las oficinas del programa estadounidense para reasentamiento de refugiados.
El menor es contactado en su país de origen por la Organización Internacional de Migraciones antes de que el Departamento de Seguridad Nacional lo entreviste para evaluarlos.
El programa, operado por el Departamento de Estado, paga el viaje del menor a Estados Unidos para reunirse con su padre.
Los solicitantes que no reciben el estatus de refugiado pueden ser admitidos condicionalmente bajo una figura legalque no les otorga un estatus migratorio de manera permanente pero les permite trabajar en Estados Unidos en forma temporal.
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