“Tenemos la fortuna de decir que ya no tenemos temor a la deportación y de tener con nosotros a nuestros hijos”, dijo Isabel Medina, una mexicana de 41 años con tres hijos, dos de ellos, Jimmy y Ryan, nacidos en Estados Unidos. “Es un gran alivio, nuestra vida comienza a cambiar”.
Obama anunció que congelará la deportación de aquellos que llevan más de cinco años en Estados Unidos, tengan hijos estadounidenses o residentes permanentes, se someten a una completa revisión de antecedentes criminales y paguen sus impuestos.
La reacción de partidarios de los derechos de los inmigrantes y opositores a la inmigración ilegal no se hizo esperar.
En Manhattan, Nueva York, un par de manifestantes sostenían pancartas con el lema “No amnistía” frente a las puertas del sindicato Service Employees International Union, donde unos 200 miembros escuchaban dentro del edificio la alocución presidencial de Obama televisada nacional e internacionalmente.
“Tenemos a muchos estadounidenses desempleados ahora y no entiendo por qué no pueden ser contratados para hacer el trabajo que estos ilegales hacen” , dijo John Wilson, uno de los manifestantes.
Obama prometió proferir las medidas este año debido a que el Congreso no ha aprobado una reforma migratoria que abra una vía a la naturalización de unos 11 millones de inmigrantes que viven sin autorización legal. Fuentes de la Casa Blanca han dicho que el plan anunciado podría beneficiar a unos cinco millones de inmigrantes sin autorización, lo que representa casi la mitad de los que viven en el país.
Los afortunados también obtendrían permiso de trabajo válido por dos años. La medida también amplía un programa de suspensión temporal de deportación para jóvenes inmigrantes: se ayudará ahora a menores que fueron traídos ilegalmente por sus padres antes del 1 de enero del 2010 y se eliminará el requisito de que deben contar con menos de 31 años para ser elegibles.
Muchos activistas celebraron el anuncio con entusiasmo.
Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, una organización que habla a favor de los derechos de inmigrantes no autorizados, describió el decreto como “la mayor victoria para los inmigrantes y sus aliados en 25 años”.
“Una acción ejecutiva no es sustituto del cambio legislativo permanente que aun necesitamos pero finalmente alguien hace algo para cambiar las cosas” , dijo Sharry en un comunicado. “Felicitamos al presidente actuar y tirar hacia adelante”.
La presidenta del Consejo Nacional de La Raza, Janet Murguía, dijo que el decreto de Obama mejorará la seguridad y economía del país, además de aportar estabilidad a millones de familias.
Sin embargo, la profesora de políticas públicas Ann Lin, de la Universidad de Michigan, no fue tan optimista. “Esto no es una legalización. La gente va a salir de las sombras, va a declarar que está aquí ilegalmente y van a obtener la promesa de que no se les deportará y obtendrán un permiso para trabajar temporalmente. Es algo muy limitado”.
El representante demócrata por Illinois, Luis Gutiérrez, una de las principales voces en el Congreso a favor de una reforma migratoria, dijo el jueves que celebra “el coraje” del presidente y que seguirá luchando por los inmigrantes que no se beneficiarán del decreto. “El desafío básico de aprobar un proyecto de ley en la cámara baja, controlada por los republicanos, no ha cambiado”, dijo Gutiérrez en un comunicado.