Migrantes

Extorsiones, agresiones y violaciones: Conferencia Episcopal y Casa del Migrante denuncian abuso contra migrantes en Guatemala

130 migrantes al día está recibiendo la Casa del Migrante ubicada en la zona 1 de la ciudad de Guatemala, flujo que consideran, no va a disminuir.

|

En los últimos días, Esquipulas, Chiquimula, se ha convertido en una zona en la que centenares de migrantes, especialmente de Venezuela, han decidido establecerse temporalmente mientras buscan formas de atravesar el país de camino a Estados Unidos.

En los últimos días, Esquipulas, Chiquimula, se ha convertido en una zona en la que centenares de migrantes, especialmente de Venezuela, han decidido establecerse temporalmente mientras buscan formas de atravesar el país de camino a Estados Unidos. (Foto Prensa Libre: María José Bonilla)

La indiferencia de las autoridades, abusos de la Policía Nacional Civil y acciones xenófobas de la población, son algunas situaciones que viven a diario los migrantes que ingresan a Guatemala, tema por el cual se pronunció la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala y la Casa del Migrante, con ocasión del XXX Festival de la Hermandad y la Paz en el marco de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado.

Carlos López de la Casa del Migrante, apeló a la sensibilidad tanto de la Policía Nacional Civil (PNC), como de la población. Además, criticó que el Gobierno no da ninguna atención, que no existe un protocolo para el acompañamiento de extranjeros que ingresan a Guatemala, en ruta y destino, en su mayoría, hacia los Estados Unidos.

“Pedimos que el trato sea diferente para nuestros hermanos guatemaltecos en México y Estados Unidos (EE. UU.), pero aquí en Guatemala no hay un protocolo para tratar con dignidad a los migrantes que ingresan a diario”, expresó López, indicando que se tiene conocimiento que a diario salen al menos, 400 migrantes guatemaltecos hacia EE. UU.

Las estadísticas de estas instituciones dan cuenta que en 2023 han atendido a más de 22 mil migrantes, superando las cifras de las caravanas migrantes registradas entre 2018 y 2021. Cuando, en 2018 se registró un pico de 18 mil y en 2022, de más 16 mil migrantes.

López da cuenta que la Casa del Migrante está atendiendo a 130 migrantes por noche, mientras que esta ubicación tiene capacidad para 100 personas; números que le hacen considerar que el flujo migratorio no va a disminuir.

Asimismo, califican estas cifras como alarmantes, tomando en cuenta que el Estado se ha desligado y ha dejado en manos de la iglesia católica la atención y apoyo a los migrantes.

“Al contrario, el Estado se ha dedicado a crear medidas que reprimen a aquellos que tienen derecho de migrar y que han decidido abandonar sus países”, alertó.

Migrantes sufren abusos de la PNC

Por su parte, Eduardo Quinteros, secretario general de la Pastoral Humana de Movilidad de la Conferencia Episcopal de Guatemala, aseguró que los migrantes sufren abusos, como extorsiones y robos, por la propia Policía Nacional Civil (PNC).

Según el entrevistado, esta situación se agrava por ser una población doblemente vulnerable, puesto que son presa fácil y víctimas de comisión de hechos delictivos como: abusos de autoridad, abusos de transportistas por cobros abusivos, robos, hurtos, extorsiones, agresiones y violaciones en todas sus formas.

“El Gobierno se lava las manos, hace falta voluntad política para crear leyes y políticas de acogida y respeto a la movilidad humana”, indicó Quinteros, haciendo un llamado a los gobiernos municipales, departamentales y a nivel nacional, que respondan ante esta necesidad.

Además criticó que el Gobierno ha delegado en la iglesia la atención migratoria, mientras que esta es una respuesta que el Gobierno debe ofrecer y no lo están haciendo.

Quinteros recalcó que la migración es consecuencia de estructuras económicas, sociales y políticas injustas.

“Nadie deja su país, familia y cultura sin una motivación grave”, concluyó agregando una preocupación más, referente a los perfiles y las características que ha tomado el fenómeno migratorio en el país y la región: familias enteras, niños, niñas, mujeres embarazadas y adultos mayores.