“Como madre, no no lo he visto muerto, y hay incertidumbre, pero tengo la esperanza de encontrarlo”, refiere. “Con lo difícil que está en México sabemos que puede ocurrir que los encontremos muertos, pero hay fé de encontrarlos vivos”.
La guatemalteca Gabriela Vásquez, oriunda de Esquipulas, Chiquimula, va en busca de sus dos hijos, Esteban Salvador Pérez Vásquez y José Vinicio Pérez Vásquez, quienes con un “coyote” salieron el 20 de marzo de 2010, y desde ese año no supo qué pasó con ellos. “Uno por pobre necesita salir adelante y ellos como jóvenes me dijeron que iban a probar y hasta el sol de hoy no supe de ellos. A los ocho días me llamó Esteban, el mayor, y cuando le pregunté por su hermano, me dijo: Aquí está, y cuando intentó comunicármelo como que le arrebataron el teléfono y ya no pude hablar con ellos”.
Martina León Macario, originaria de Chichicastenango, Quiché, a quien le cuesta hablar castellano, dice que también participará en la marcha de Madres de Migrantes Centroamericanos en busca de su hijo, Carlos Manuel González León, quien dejó esposa y dos hijos de 4 y 5 años cuando partió de Guatemala con un “coyote”. Su nuera, Lina Pol Domínguez, dice que tiene fe que encuentren a su cónyuge, pues el traficante de personas les dice que se quedó detenido en México.
“Lleva cuatro año de estar desaparecido, y por deudas es que se fue en busca de ir a Estados Unidos. El Coyote solo dice que nos esperemos. Estamos conscientes en que podamos encontrarlo muerto y hasta sólo las cenizas, pero queremos saber dónde está.
Marcia Martínez, una de las líderes del movimiento, contó que es la décima marcha y en estos años han podido encontrar a 210 personas entre mujeres y hombres. “Tenemos 456 casos de desaparecidos y hay 49 presos en México”. Agrega que en esta ocasión esperan llegar a hospitales psiquiátricos, pues algunos migrantes se cambian de nombre y sufren traumas y pudiera ser el caso que no recuerden qué les pasó ni quiénes son en realidad.