Las madres son originarias de Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala; “vienen 10 por cada país y las acompañan activistas y algunos de sus familiares dado que la mayoría son de la tercera edad“, añadió.
Muchas de ellas, prosiguió Jacques y Medina, “han participado en alguna de las otras ocho caravanas anuales que se han hecho de forma consecutiva en los últimos años; y siguen esperanzadas en encontrarlos“.
La caravana está dedicada este año a Emeteria Martínez, una madre fundadora de las caravanas que murió este año tras haber logrado encontrar a su hija, 22 años después.
Otros de los centroamericanos que perdieron contacto con sus familiares han sido localizados durante las caravanas previas en la Ciudad de México, donde la mayoría se radicó, formando familias, y ya no restablecieron contacto con sus familias en el extranjero por diversas razones, añadió Jacques y Medina.
“Pero siempre existe el temor de que algunos nunca serán encontrados“, concluyó el activista.
Unos 140 mil extranjeros -la gran mayoría de ellos centroamericanos- ingresan de forma ilegal a México cada año con la intención de llegar a territorio estadounidense a través de distintas rutas, de acuerdo con informaciones oficiales.
De ellos, más de 20 mil son secuestrados por el crimen organizado -de los cuales un alto porcentaje termina desapareciendo-, según el último informe en la materia de la oficial Comisión Nacional de los Derechos Humanos (Ombudsman).