Migrantes

EE. UU. investiga caso de explotación laboral en Nebraska y Minnesota donde habría niños guatemaltecos

El gobierno federal de Estados Unidos continúa investigando un caso de explotación laboral infantil que alcanza a 50 menores latinoamericanos, algunos de ellos, posiblemente guatemaltecos.

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Un grupo de migrantes cruza el río Bravo, en la ciudad de Matamoros, México). Con la desesperación desbordada, decenas de migrantes, niños y adultos, se han entregado a las autoridades estadounidenses y busca que se les permita quedarse en el país. (Foto Prensa Libre: EFE).

Un grupo de migrantes cruza el río Bravo, en la ciudad de Matamoros, México). Con la desesperación desbordada, decenas de migrantes, niños y adultos, se han entregado a las autoridades estadounidenses y busca que se les permita quedarse en el país. (Foto Prensa Libre: EFE).

Este rescate se da en el marco de una investigación del Departamento de Trabajo de Estados Unidos que ha evidenciado una vez más que, posiblemente, detrás de la migración irregular desde Guatemala hay redes criminales de explotación laboral, infantil, ahora.

En agosto de 2022, la División de Horas y Salarios del Departamento de Trabajo inició una investigación luego de una denuncia que revelaba que la empresa Packers Sanitation Inc. (PSSI) contrató a 50 niños latinoamericanos en ocupaciones peligrosas dentro de un matadero.

La denuncia, que tiene algunas otras parecidas desde 2016, resaltan que en los niños eran explotados en “turnos de noche en mataderos de tres estados, donde limpiaban pisos de sacrificio y varias máquinas, incluidas sierras para cortar carne y huesos y un máquina trituradora”.

La investigación amplía que “varios niños comenzaban sus turnos en las instalaciones a las 23 horas y trabajaban hasta las 5, 6 o 7 horas. Algunos trabajaban hasta seis o siete días a la semana y al menos tres niños sufrieron quemaduras químicas como consecuencia de trabajar en los mataderos”.

Muchos de estos menores dejaron de asistir a la escuela, u otros que sí iban, se quedaban dormidos en el salón de clases mientras los maestros les daban la instrucción.

Ahora investigadores del Departamento de Seguridad Nacional, según NBC News, investigan si los 50 niños latinos, algunos de solo 13 años, además de ser empleados en forma irregular, fueron víctimas de tráfico laboral de alguna red internacional de trata.

Los agentes federales han entrevistado a los niños que trabajaban dentro del rastro JBS Foods en Grand Island, Nebraska. También se ha entrevistado a empleados de la empresa quienes han confiado a medios norteramericano que los “niños son mayas-guatemaltecos”.

La investigación contra la empresa no la alcanza por trata de personas, pero sí indagan, según los medios estadounidenses, “para descartar la posibilidad de que los traficantes externos hayan obligado a los niños a trabajar para PSSI y se hayan beneficiado de su trabajo”.

En diciembre de 2022, como resultado de la investigación del Departamento de Trabajo y una demanda civil presentada contra la empresa por el gobierno, PSSI acordó “cumplir con las leyes de trabajo infantil”. 

Los funcionarios federales, según NBC News, argumentaron que la compañía violó la Ley de Normas Laborales Justas, que prohíbe el “trabajo infantil opresivo” y que los menores trabajen en cualquier tipo de empleo peligroso, según la denuncia de diciembre del año pasado.

El Departamento de Trabajo en un comunicado reveló que en todo Estados Unidos han visto un aumento del 50 por ciento en las violaciones del trabajo infantil desde 2018.

“Existen restricciones sobre los tipos de trabajos que pueden realizar los trabajadores jóvenes menores de 17 años, y sobre la cantidad de horas y horas que pueden trabajar los jóvenes de 14 y 15 años”, agregaron.

Y puntualizaron “este caso debería servir como un claro recordatorio para todos los empleadores de que el Departamento de Trabajo de EE. UU. no tolerará violaciones de la ley, especialmente aquellas que pongan en riesgo a los niños vulnerables”.

Esto dice el Minex

El Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) informó por medio de un comunicado que “el 18 de noviembre del año 2022, el medio noticiero Telemundo, dio a conocer la información sobre 31 menores de edad migrantes entre 13 a 17 años, quienes fueron contratados para limpiar con peligrosos químicos y manejar equipo de alto riesgo durante los horarios nocturnos en las empacadoras de carne localizadas en el Estado de Nebraska y Minnesota”. 

Ante eso, agregan, “el Consulado General de Guatemala en Denver, Colorado inició comunicaciones con la Secretaría de Trabajo Federal de los Estados Unidos de América, asimismo con el Departamento de Policía y Trabajo del Estado de Nebraska para obtener mayor información del caso, tal como la nacionalidad e identidad de los menores de edad, con el objetivo de brindar asistencia, atención y protección a los mismos”. 

Sin embargo, expresa el Minex, “dichas autoridades han manifestado que el caso se encuentra en un proceso legal, el cual involucra a menores de edad y al ser federal, ha sido manejado de manera confidencial”.  

“Con la finalidad de obtener mayor información, la misión consular antes mencionada tuvo acercamiento con los líderes comunitarios de Grand Island, y Nebraska para obtener información con las familiares de los menores de edad, no siendo satisfactoria”, expusieron.    

Según la Cancillería “la Embajada de Guatemala en los Estados Unidos, sostuvo reunión con el Departamento de Trabajo, para verificar la identidad de los menores de edad, sin embargo, este Departamento no brindó la información, ya que reiteran que la misma se encuentra en investigación por ser un proceso federal”.    

Aseguraron que el Consulado General realiza constantes comunicaciones telefónicas con líderes religiosas y comunitarios en diferentes ciudades del Estado de Nebraska, solicitando apoyo en localizar cualquier recurso o información que puedan obtener. 

“Hasta la fecha, tanto el Consulado General como la Embajada de Guatemala en los Estados Unidos de América, han brindado el seguimiento correspondiente al caso en referencia”, indicaron.  

Preocupante

El analista en temas de migración Pedro Pablo Solares recordó que el aumento de la migración guatemalteca ha estado vinculada con ciertas industrias en Estados Unidos y una de esas tiene relación con la avicultura y el procesamiento de carne de res en mataderos.

Sobre el caso que ocurre en Nebraska, Solares expuso que no es algo nuevo, aunque eso no significa que sea bueno y una regla general. Recordó haber estado en esa región en Grand Island, y observar casos de explotación laboral infantil hace algunos años.

“Este hallazgo no es nuevo, y, aunque podríamos decir que sea una norma general, creo que es más porque no ha habido interés para encontrar más casos, y no porque no existan”, explicó.

Solares habló sobre un caso que ocurrió en 2015, en Ohio, en donde hallaron a niños trabajando en una fábrica, y luego de una investigación desarticularon a la red que los traía desde Guatemala, y los mantenía en condiciones de explotación laboral.

“Los menores de edad saben que van a trabajar cuando migran”, aseguró el analista.

“Visité esas ciudades en 2016, y la población que ha migrado lo hizo porque en los últimos años los trabajos han atraído a mucha gente nueva. En ese lugar vi a mucha población indígena, campesina, originaria del norte de Huehuetenango”, recordó.

El asunto, argumentó Solares, es que las autoridades estadunidenses creen que “el problema solo es de los coyotes – traficantes de personas -, pero no ven que en las comunidades guatemaltecas estos personajes tienen cierto grado de aceptación y respeto para llevarse a los menores a Estados Unidos”.

El especialista en temas migratorios aseguró que el endurecimiento de las políticas migratorias y fronterizas entre 2012 y 2013 cambió la forma de viajar irregularmente. Frenó el ciclo circular de migración, de aquellas personas que se iban dos años, volvían, y luego regresaban para seguir trabajando.

Los cambios en esas políticas, dijo Solares, obligó a las familias a quedarse y a buscar las formas de reunificarse. Es por eso que muchos niños, niñas y adolescentes no acompañados comenzaron a emprender el viaje.

“Ellos tienen claro que van a trabajar, y no a estudiar. Quieren hacer lo mismo que en el país, pero que les paguen por ello y ayudar a sus familias”, reflexionó el experto.

La primera ola migratoria de niños y adolescentes fue en 2014 y ahora se vive algo parecido. “Sobre el caso de 57 niños migrantes rescatados en México, son nuevas olas de este fenómeno que está instalado”.

Según Solares lo que se mira en las comunidades de estos migrantes es que migrar en forma irregular ya es una forma de vida instalada. “Ya está en la cultura del lugar”.

Pero eso sí, sentenció Solares, detrás de todo esto que se vive actualmente con los menores de edad es que “hay una actividad criminal multimillonaria, fuerte, que los estados no pueden contrarrestar.

“A mi no me gusta pensar que esto solo lo propician los coyotes nada más. No creo que sea el caso. La teoría es que los padres los mandan a estudiar y se ven sorprendidos porque están trabajando”, explicó.

Solares agregó: “En la práctica, los padres y los menores conocen y agradecen trabajar en Estados Unidos porque así cambian la condición del trabajo que no es bien pagado en Guatemala”.

El excónsul general de Guatemala en Los Ángeles, Tekandi Paniagua, opinó que los casos recientes de niños, niñas y adolescentes trabajadores en Alabama y Nebraska, más el hallazgo de 57 niños hacinados en un camión a escasos kilómetros de la frontera sur de EEUU “no solo denotan una conexión causal y una modalidad clara de explotación y trata, sino evidencia el absoluto fracaso de la coordinación de las partes involucradas en la protección de la niñez por parte de los gobiernos, la sociedad civil y la academia”.

De acuerdo con Paniagua, el hecho de que haya una investigación federal en curso “nos dice que las organizaciones criminales están más sofisticadas y articuladas ahora”.

Para el especialista en temas migratorios “el Minex tiene alcances limitados en operación y presupuesto. Esto los obliga a jugar un papel reactivo y no preventivo. A esto hay que sumar la desconfianza, ya que las agencias federales conocen las causas de migración de países con índices altos de pobreza y corrupción, por lo tanto los consulados no tendrán mucho alcance para incidir o profundizar en los casos”.

“La responsabilidad de la Cancillería es denunciar estos abusos laborales y buscar la protección y un alivio a las familias”, dijo Paniagua, quien coincidió en que ese lugar se han asentado conciudadanos que llegaron desde comunidades de Huehuetenango.

Para Paniagua es importante que entidades como el Registro Nacional de las Personas (Renap) revisen sus protocolos porque en muchos casos de niños no acompañados se ha detectado que llevan certificaciones de nacimiento falsas y van acompañados por adultos que se hacen pasar por sus padres. “Es un problema que las certificaciones de nacimiento no lleven una fotografía. Es necesario reforzar esto”, expresó.

El último caso

El 26 de enero las autoridades migratorias de México informaron sobre el rescate de 67 migrantes guatemaltecos, entre ellos 57 niños no acompañados, que viajaban en el furgón de un vehículo que transitaba en la ruta Chihuahua-Juárez. Su destino era Estados Unidos.

Los 67 guatemaltecos viajaban hacinados en el remolque del vehículo, el cual fue ubicado en un punto de verificación migratoria en la carretera Chihuahua-Ciudad Juárez.

Los migrantes guatemaltecos están comprendidos entre los 14 y 17 años. Son 43 niños y 14 niñas, todos no acompañados. Además, ocho hombres adultos y un núcleo familiar integrado por una madre y su hija, todos con estancia irregular en México.

El caso pasaría como uno más en esta crisis migratoria actual que ha orillado a miles de guatemaltecos a viajar en forma irregular hacia los Estados Unidos.

El Minex sobre este caso

Por medio de la Red Consular de Guatemala se ha comenzado a brindar atención a los migrantes rescatados el 26 de enero en la carretera en la carretera Chihuahua – Ciudad Juárez, en México.

Se ha constatado que de los 71 connacionales, 61 son niñas, niños y adolescentes (NNA) no acompañados; 8 adultos, y 1 núcleo familiar (madre e hija). Todos están bien de salud, y ya se llevaron a cabo entrevistas con cada uno de ellos. Asimismo, se trabaja en asistirlos con la documentación para su pronto retorno a Guatemala.

Los menores están al resguardo del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, y los adultos en una estación migratoria.