Ligorría afirmó que, para fortuna de estas naciones y de todo el hemisferio, ganó la opción de la libertad y la democracia, pero se pagó un alto costo en términos de destrucción del tejido social, economía e infraestructura, debilitamiento de los sistemas de justicia, pérdida de credibilidad y otros importantes activos.
“La solución de la actual crisis no será fácil ni rápida. Se requerirá de mucha voluntad política y de un plan integral que ataque las raíces del problema, y esto esencialmente deberá ser enfocado en las áreas sociales y de desarrollo, a fin de que los nacionales no deseen migrar. Pero este plan requerirá del soporte decidido de la comunidad internacional y de los propios países afectados”, añadió.