Reuniones de este tipo marcan el inicio de una campaña informativa para esas naciones centroamericanas, por ser de los principales proveedores de migrantes indocumentados, adultos y niños.
Además, la medida supone una respuesta ante la avalancha de menores indocumentados que son detenidos por la patrulla fronteriza, lo que ha causado una “crisis humanitaria” declarada por el presidente Barack Obama.
Julio Ligorría, embajador de Guatemala en Washington, indicó que Zúñiga fue “claro y preciso” en el llamado de informar a la población sobre no viajar a Estados Unidos.
“Por nuestra parte, los embajadores le manifestamos nuestra preocupación por el incremento de los flujos de niños no acompañados llegando a la frontera de EE. UU., y se acordó una colaboración multilateral para administrar de mejor manera el fenómeno social”, señaló el embajador, luego de la reunión, que se efectuó en la Casa Blanca.
El hecho de que no aplicaría la reforma a indocumentados que ingresaron en dicho país después del 2011 no es nuevo, pero esa campaña es vista como una “oficialización” de las restricciones de la política migratoria.
DA ESPERANZA
En círculos diplomáticos y gubernamentales, se maneja el mensaje de que si el gobierno de EE. UU. incrementó su campaña de información y medidas para albergar a la gran cantidad de niños y adultos migrantes, supondría que la reforma sería aprobada en el Congreso, donde el año pasado fue frenada por el Partido Republicano.
De hecho, al canciller Fernando Carrera le dijeron en Washington, hace dos semanas y media, que Obama ve una “oportunidad” a finales de este mes o en julio de que en la agenda del Congreso se discuta el asunto.
Sin embargo, ello implica que no habrá debate del Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) para los guatemaltecos.
Carrera dijo que en ese tiempo volvió a hablar con las autoridades acerca del TPS, pero estas le respondieron que Obama ve “una ventana” para que el Congreso “posiblemente” discuta una reforma íntegra, pero que hasta que eso no se resuelva totalmente, no retomarían el diálogo del Estatus.
“Nuestra respuesta fue que entendemos la situación política, pero que si eso es así, sin duda alguna para finales de julio, sea el escenario que sea, nosotros volveremos con el tema del TPS nuevamente a Washington”, agregó el canciller.
Tanto con adultos y menores, Carrera comentó que se ha abierto un “negocio triste”, porque los familiares pagan a los coyotes de US$6 mil a US$9 mil por niño, y de US$3 mil a US$5 mil por adulto.
“Es una emergencia que no nos agarró totalmente desprevenidos, pero a Estados Unidos sí”, agregó.
REQUISITOS QUE CONTEMPLA PLAN
Varios obstáculos enfrentarían los guatemaltecos para obtener la ciudadanía, si se aprueba la reforma migratoria.
Las personas que busquen legalizar su estatus tendrán que comprobar que ingresaron en EE. UU. antes del 31 de diciembre del 2011 y que no han salido de ese país.
No aplicará a quienes tengan historial criminal o que hayan cometido tres delitos menores, como conducir sin permiso o en estado de ebriedad.
Quienes cumplan esos requisitos recibirán un permiso temporal migratorio, que debe renovarse a los seis años, antes de someterse a otra revisión similar.
En esta fase deberá demostrar que no es “extremadamente pobre” y que ha trabajado por seis años continuos sin pausas mayores a 60 días.
A los tres años, el migrante tiene que demostrar que sus ingresos han aumentado 25% y que gana como mínimo US$30 mil al año.
Quien pretenda seguir con el trámite para obtener la ciudadanía, debe demostrar que domina bien el inglés.
Las empresas tendrán multas más fuertes si contratan a indocumentados y deberán verificar el estatus migratorio antes de dar empleo.
Descartan ley
Félix Fuentes, del movimiento de Inmigrantes Guatemaltecos, aseguró que los migrantes en EE. UU. continúan escépticos de la aprobación de una reforma migratoria.
“Ya han sido varias ocasiones en que nos han engañado, al extremo de que a estas alturas no creemos que sea verdad lo que digan”, expuso
Fuentes. Añadió que si las autoridades estadounidenses retoman el tema es “por intereses políticos”.
Fuentes indicó que la comunidad migrante en aquel país trabaja para detener las deportaciones, porque han causado la separación de miles de familias.
Aún hay esperanza
Carlos Calderón, presidente de la Coalición Nacional de Inmigrantes Guatemaltecos en EE. UU., considera que la reforma migratoria nunca ha salido de la agenda del Congreso de aquel país, por lo cual ahora es el momento de “poner toda la carne en el asador”, para lograr la aprobación este año.
“Nuestros congresistas más allegados tienen mucha esperanza de convencer a los republicanos que no estaban alineados, para que aprueben una reforma. Estamos en el mejor momento de hacerlo”, puntualizó el líder migrante.