“Queremos que Barack Obama use su poder político y ponga un alto a las deportaciones. Ya basta de la separación de las familias”, expuso el migrante guatemalteco Marcos Yax vía telefónica desde aquel país.
Agregó que en la desobediencia civil también participaron líderes religiosos de la comunidad. El arresto no amerita cárcel, sino una multa o servicio comunitario, que determina la justicia de ese país.