El gobernador de Texas afirmó que “no se puede hablar de seguridad nacional si no hay seguridad fronteriza”.
Texas ha recibido la mayoría de los 57 mil menores que desde octubre pasado han llegado solos de forma clandestina a Estados Unidos, para dejar atrás la violencia y la pobreza de su país, aunque las autoridades se vieron desbordadas en junio.
Perry destacó sin embargo que estos niños solo representan “el 20% de aquellos que son detenidos cruzando ilegalmente la frontera”.
El gobernador también señaló que “mientras las fuerzas de seguridad se ven superadas en su tarea de ofrecer ayuda humanitaria, cárteles de la droga, traficantes de personas y criminales usan esta tragedia para su propio beneficio”.