Esa es una de las principales conclusiones del informe preparado por ONU-Mujeres sobre el acceso de las mujeres a la justicia denominado “El progreso de las mujeres en el mundo”, presentado hoy en la capital guatemalteca.
Según el estudio, la triple discriminación que sufren las mujeres indígenas de Guatemala se empeora en el momento en que ellas necesitan acceder a los servicios de justicia, porque la mayoría solo dominan sus idiomas maternos, y no el dominante español.
No obstante, el informe, que hace un análisis global sobre la situación de las mujeres en el mundo frente a la justicia, reconoce “avances importantes” en la legislación guatemalteca respecto a la justicia para féminas.
Destaca las recién aprobadas leyes para prevenir y erradicar la violencia intrafamiliar, la ley contra el femicidio y la ley contra la violencia sexual, las cuales dotan de modernas herramientas jurídicas a las mujeres para exigir el respeto de sus derechos.
Sin embargo, sostiene que se trata de “pasos pequeños” debido a que la aplicación de esas normativas apenas empieza y la mayoría de las mujeres, que en la actualidad representan el 51% de los 14,4 millones de habitantes, aún son víctimas de injusticias.
Para “garantizar que la justicia se convierta en una realidad” para todas las mujeres, el informe de Mujer-ONU insta al Gobierno, entre otras medidas, a revocar las leyes que discriminan a las féminas, así como a promover la aprobación de normas “que las proteja contra la violencia y la desigualdad”.
Además de apoyar servicios innovadores de justicia y “colocar la igualdad de género en el centro de los objetivos de Desarrollo del Milenio“, para detener la histórica discriminación de que son víctimas las mujeres, principalmente las indígenas.