Guatemala

Niños son alquilados por sus progenitores

Las inclemencias del tiempo no son obstáculo para que seis niños de 9 a 13 años de edad sean alquilados por sus padres a una red de trata de personas que explota a los menores para vender todo tipo de productos, y por lo cual la familia recibe un promedio de Q200 semanales.

Menores  no estudian y  laboran vendiendo el producto en lugares de mayor tránsito vehicular, incluso en las noches.

Menores no estudian y laboran vendiendo el producto en lugares de mayor tránsito vehicular, incluso en las noches.

Los infantes no gozan de esa remuneración porque se la entregan a sus progenitores, que viven en la provincia, revelaron investigadores de la Unidad Contra la Trata de Personas de la Policía Nacional Civil (PNC).

Fuentes de esa unidad policial, que califican la acción como un “alquiler”, dijeron que el caso lo investigan con base en las denuncias que presentaron hace pocos días varias personas que han observado cuando los menores son trasladados por individuos en un vehículo y repartidos por distintos lugares, para que ofrezcan plataninas y otras golosinas.

Explicaron que estos seis menores ofrecen productos en los alrededores de la Universidad de San Carlos, en la avenida Petapa, zona 12, en el campus universitario, así como en la 35 calle de la calzada Aguilar Batres, en esa misma zona, y sectores de Mixco.

Investigadores dicen que han ubicado a las personas que reclutan a menores, pero las pesquisas siguen, y no se puede revelar la identidad de los implicados. Además, evalúan si es una red de trata de personas.

Con diferentes horarios

En el caso de los seis menores, según los expertos, laboran en distintos horarios y pueden permanecer en los sectores asignados hasta en horas de la noche, si no terminan el producto que se les asigna, y únicamente se les provee de alimentación y un lugar donde pasar la noche, en un área cercana.

Las investigaciones también revelan que los niños dejaron de estudiar y son originarios de Quiché, San Marcos y Sololá, a donde después de tres meses regresan con sus padres, que estarían de acuerdo en que vivan en la capital para ganar dinero de esta forma.

La mercadería que ofrecen los menores es adquirida en La Terminal, zona 4.

No hay denuncia

Quienes investigan los hechos no descartan que situaciones similares ocurran en otras partes del país, sobre todo en la capital, debido a que no existe la cultura de denuncia, por lo que indagan en otras zonas.

En este caso, explicaron que fueron varias las personas que hicieron las denuncias al percatarse de cómo operan quienes explotan a los menores.

Uno de los denunciantes refirió que en la calzada Aguilar Batres, zona 12, un menor fue dejado a eso de las 7 horas con bastante mercadería, porque otro niño no llegó.

“Hubo necesidad de ayudarlo a cruzar la calle, debido a que llevaba producto en dos bolsas que alcanzaban su tamaño y le era casi imposible cargarlas, por lo que las arrastraba y esquivaba los vehículos”, relató.

Agregó que ha logrado observar cuando a eso de las 6.30 horas pasa un automóvil en el cual se traslada a otros menores para vender productos.

Investigación

En la Procuraduría General de la Nación (PGN) se informó que en conjunto con el Ministerio de Trabajo y la municipalidad capitalina se investiga a estos niños vendedores para conocer la situación en que viven.

Este año solo ha sido rescatado un menor, aunque consideran que existen más casos de explotación infantil.

En el 2010, las autoridades rescataron a 23 niños en Quetzaltenango que eran obligados a vender golosinas, limpiar zapatos y lavar automóviles, pero varios de ellos regresaron días después a las calles, a efectuar los mismos oficios.

Persiste problemática

Expertos refieren que la explotación de menores persiste en la sociedad.

23 niños fueron rescatados en el  2010 por la PGN,  porque eran explotados laboralmente, en Quetzaltenango.   

Otros casos se podrían dar en la capital,  pero no existe cultura de denuncia, según investigadores.  

Los infantes son los más utilizados para este tipo de tareas,  explican las fuentes.

Un rescate  hizo la PGN, en enero de este año, por explotación  económica laboral.  

La pobreza en la provincia es una de las principales causas por las cuales los niños son alquilados para que  vendan   golosinas o hagan trabajos del campo.  

La PGN, junto a otras entidades,  hace  operativos para verificar si los niños  son obligados a vender golosinas.  

Los niños tienen el permiso de sus padres, se informó.

ESCRITO POR:

José Manuel Patzán

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad, con 18 años de experiencia en periodismo escrito, radial y televisivo. Reconocido con el premio Periodista del Año de Prensa Libre en 2016.