Desde las 10, el Consejo Ecuménico presidió la oración por la paz. Monseñor Gustavo Mendoza demandó que las próximas autoridades trabajen con honradez y total transparencia, con un llamado de “basta ya a tanta impunidad”.
Posteriormente el Ejecutivo celebra el cambio de la Rosa de la Paz, que estará en manos del presidente Álvaro Colom, por su iniciativa para instalar las condiciones para el diálogo entre los bandos y por atender a víctimas durante su gestión en el Fondo Nacional para la Paz (Fonapaz).
Llegada la tarde habrá un festival artístico y concierto en la Plaza de la Constitución, y juegos artificiales cerrarán la jornada.
El alcalde capitalino Álvaro Arzú organizó una conmemoración paralela a la oficial frente al edificio edil, la cual comenzará a las 17 horas, que incluye participaciones del coro, danza y orquesta municipal.
El presidente electo Otto Pérez Molina, quien ayer dijo estar comprometido con trabajar a fondo por los Acuerdos de Paz, criticó que no esté invitado para los actos. El secretario de la Paz, Eddy Armas, reaccionó con que sí se invitó al gobernante electo pero costó encontrar un domicilio dónde ubicarlo.
La Secretaría de la Paz evaluó positivamente los alcances obtenidos en los últimos tres años de gestión gubernamental a favor de la paz, pero señaló que el país tiene desafíos como aumentar la carga tributaria y fortalecer la democracia más allá de lo electoral.
En cambio, organizaciones indígenas y campesinas dijeron que las causas que detonaron el conflicto de 36 años aún están presentes y las heridas no han cicatrizado. Calculan que solo un 6 por ciento de los Acuerdos se ha cumplido.
