Guatemala

Agenda política del Congreso es errática

La discusión sobre la jurisdicción indígena no es lo único que tiene detenido al Congreso, sino también la falta de liderazgo y lealtad entre los diputados, e incluso de los mismos bloques legislativos, lo cual causa una agenda política errática.

En cinco plenarias se ha intentado infructuosamente discutir y aprobar las reformas al Sector Justicia, pero los diputados han preferido otras leyes, como la de Bienestar Animal, por la cual votaron el 28 de febrero. (Foto Prensa Libre: HemerotecaPL)

En cinco plenarias se ha intentado infructuosamente discutir y aprobar las reformas al Sector Justicia, pero los diputados han preferido otras leyes, como la de Bienestar Animal, por la cual votaron el 28 de febrero. (Foto Prensa Libre: HemerotecaPL)

La alianza que llevó a Óscar Chinchilla a la presidencia estaba unida a intereses inmediatos como prebendas y comisiones extraordinarias.

A ello se suman los fallos recientes de la Corte de Constitucionalidad (CC) que anularon las designaciones del Congreso ante la Junta Monetaria, el Registro Nacional de las Personas (Renap) y Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala, que también formaron parte del acuerdo. La misma CC también suspendió la creación de salas legislativas, lo cual agravó las fisuras.

Unidos por intereses

El politólogo Christians Castillo, del Instituto Nacional de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos, considera que se agrietó el pacto entre bancadas, impulsado por el oficialismo.

“Ya no hay lealtad entre bancadas y al no haber lealtad entre bancadas tampoco la hay entre diputados, porque ellos están en una situación muy compleja con la supuesta amenaza de Odebrecht —investigación por sobornos—, nadie está con nadie y defendiendo a nadie”, indicó Castillo.

Falta de liderazgo

El politólogo considera que la fragmentación del Congreso hace que no haya un articulador que una a los congresistas en una agenda política definida.

“Es difícil en medio de eso pedirle a Chinchilla que tenga liderazgo, ya que él no era un diputado de primera línea política, no es un Taracena, un Arístides Crespo u Oliverio García Rodas. Se parece a la presidencia de Muadi, quien llega de accidente: ‘pongamos a quien nos haga caso’”, afirmó.

El director general del Instituto Centroamericano de estudios Políticos (Incep), Rubén Hidalgo, señala que otro lastre es la inexperiencia legislativa.

“El transcurrir cotidiano del Congreso se diluye entre ocurrencias y presiones de grupos que están interesados en hacer prevalecer sus intereses. Un ejemplo es la ley del sector ganadero, que a todas luces es para beneficiar a un sector muy reducido”, considera Hidalgo.

“El expresidente del Congreso Mario Taracena, para bien o para mal y utilizando los medios y lo extravagante que es, logró que el Congreso de alguna manera se alineara, tuviera una agenda mínima. Pero ahora el poder de la legislación se ha perdido y se elige a personas para liderar dependencias que no cumplen con las calidades requeridas”, dijo Hidalgo.

José Carlos Sanabria, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, señaló que el Congreso está sin rumbo.

“Hay muchas facciones incluso dentro de los bloques y no hay una agenda política que llene las expectativas de la población”, expuso Sanabria.

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