Pineda explicó en declaraciones telefónicas que el sobrino del exmandatario, hijo de su hermana Edna Portillo, y las autoridades consulares le acompañarán al aeropuerto internacional de Denver, donde tomará un avión comercial rumbo a Guatemala.
Normalmente los guatemaltecos que son liberados de prisiones estadounidenses suelen ser repatriados en aviones para transportar a deportados, aunque Portillo lo hará en un vuelo comercial, tras la petición en este sentido de sus familiares.
El representante legal del político no quiso adelantar los planes que tiene Portillo, aunque aclaró que no tiene “ninguna carga (judicial) pendiente”.
“Puede tomar cualquier decisión política dentro de las posibilidades que le dé la Constitución y en ningún momento podría siquiera pensar en volver a participar para un puesto presidencial pues se lo prohíbe la Constitución”, explicó.
“Muy querido”
Aseguró que el expresidente, deportado de su país a Estados Unidos para responder ante la Justicia, es “muy querido” y hay personas a las que les “gustaría que participara nuevamente para buscar la Presidencia del país, pero es algo completamente inviable desde el punto de vista jurídico”.
El exmandatario, que había huido del país poco después de concluir su mandato debido a acusaciones de corrupción y peculado, fue extraditado a Guatemala desde México en 2008 y luego desde Guatemala a Estados Unidos en 2013, para responder por un delito de lavado del dinero obtenido de Taiwán mediante un soborno.
El 18 de marzo de 2014 reconoció ante un juez federal de Estados Unidos su culpabilidad y en junio de ese año fue condenado a 70 meses de prisión y la devolución de 2,5 millones de dólares que recibió de Taiwán.
La condena cuenta a partir de su detención en 2010 a instancias estadounidenses. Por ese motivo, este miércoles Portillo dejará la prisión de Colorado donde cumplió su condena para regresar a Guatemala.