Guatemala

Miguel Ángel Asturias tendrá cada 9 de junio su día conmemorativo

El 9 de junio fue declarado como el Día Nacional de Miguel Ángel Asturias, según el acuerdo 17-2014 que la Comisión Permanente del Congreso entregó este martes a la familia del premio Nobel.

Sandino Asturias recibe el acuerdo del Legislativo. (Foto Prensa Libre: Congreso)

Sandino Asturias recibe el acuerdo del Legislativo. (Foto Prensa Libre: Congreso)

CIUDAD DE GUATEMALA – Asturias, nació el 19 de octubre de 1899 y se le recuerda por su contribución al desarrollo de la literatura latinoamericana.

El guatemalteco influyó en la cultura occidental, y al mismo tiempo llamó la atención sobre la importancia de las culturas indígenas.

Una de sus obras más famosas es El Señor Presidente, donde Asturias describe la vida bajo una dictadura despiadada, esta posición lo llevó al exilio, por lo que gran parte de su vida estuvo en América del Sur y Europa.

La edición de Prensa Libre del 10 de junio de 1974 tuvo el deceso del prodigioso escritor como titular de portada.

La nota relata: “Aunque tenía varios años de vivir en París, ciudad donde pasó diferentes etapas de su vida, se encontraba en Madrid porque había sido invitado para dictar varias conferencias en universidades españolas. Al momento de su muerte deja inconclusa la obra Dos veces bastarda, relacionada con otra que publicó en 1973 con el título Viernes de Dolores. El cadáver del insigne escritor nacional fue embalsamado y permanecerá en capilla ardiente en el aula magna de la fundación Jiménez Díaz, para recibir el tributo de los intelectuales madrileños y europeos”.

Discurso del nobel
El 10 de diciembre de 1967, siete años antes de morir, el Ángel voló sobre Suecia para recibir la máxima distinción de las letras, donde una noche antes explicó algunas claves de su piedralumbre: “Mi voz en el umbral. Mi voz llegada de muy lejos, de mi Guatemala natal. Mi voz en el umbral de esta Academia. Es difícil entrar a formar parte de una familia…

Las secretas minas de lo popular sepultadas bajo toneladas de incomprensión, prejuicios, tabúes, afloran en nuestra narrativa a golpes de protesta, testimonio y denuncia, entre fábulas y mitos, diques de letras que como arenas atajan la realidad para dejar correr el sueño o, por el contrario, atajan el sueño para que la realidad escape.

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