El total representaría el 242 por ciento entre la relación de la deuda y los ingresos tributarios, situación que pondría en aprietos al país en su capacidad de pago.
En opinión de José Alejandro Arévalo, diputado independiente y exministro de Finanzas, ese porcentaje ya coloca al país en zona de “alerta”, debido a que organismos internacionales recomiendan que esta no alcance el 250 por ciento.
“El riesgo es que en forma paulatina nos estamos acercando a un porcentaje que es peligroso, y no es deseable que se alcance el 250 por ciento de la recaudación versus deuda”, expuso.
Eso equivale a que el endeudamiento interno y externo crece más que la recaudación, y si continúa esa tendencia se podría llegar en el 2017 a un punto crítico.
Para el siguiente año, según datos del Ministerio de Finanzas, los ingresos tributarios para financiar el Presupuesto se calculan en Q52 mil 430 millones, y se necesitarán Q15 mil 797 millones para cubrir el plan de gasto —déficit fiscal—.
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De esos Q15 mil millones, Q12 mil 334 millones serán de nueva deuda, que provendrá de la colocación de bonos del tesoro y préstamos con organismos internacionales.
Cifras de ese mismo ministerio, al 31 de julio último, dan cuenta de que la relación ingresos versus deuda se ubica en 215 por ciento, y el endeudamiento se sitúa en Q110 mil 867 millones; sin embargo, en el Congreso se conoce una solicitud de bonos del tesoro por Q4 mil millones, que elevaría la deuda a Q115 mil millones para este año.
“Este gobierno terminará financiándose por esa vía —deuda—, porque cuenta con margen, pero el problema será para la próxima administración, ya que la escala de deuda será crítica, lo que lo dejaría al límite y sin margen de maniobra”, puntualizó.
Arévalo agregó que el dinero obtenido por bonos y préstamos se ha destinado en parte a gastos de funcionamiento, sobre todo para cubrir sueldos de pactos colectivos, en especial de los ministerios de Educación y Salud, pero no para inversión.
Críticas
Édgar Barquín, presidente del Banco de Guatemala y de la Junta Monetaria, ha criticado con más frecuencia el comportamiento de la deuda.
“Recomendamos al Gobierno que se llegue a un nivel de déficit fiscal no mayor del 2 por ciento para el 2015, con el objetivo de hacer sostenible la deuda en el largo plazo y contribuir a mantener la estabilidad macroeconómica”, dijo.
Para el 2015, el déficit planteado en el Presupuesto es de 2.5 por ciento.
Con este nivel de déficit, si la economía para el próximo año crece lo proyectado, que es de entre 3.4 y 4.2 por ciento, los niveles de la deuda en relación con el PIB podrían llegar a alrededor del 26.5 por ciento, señaló Barquín.
En todo caso, agregó, si el Congreso no avala la emisión de bonos del tesoro habría que utilizar ingresos corrientes que obligarían a un recorte del gasto.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), en la evaluación que hizo del país el 7 de julio último, señaló que los riesgos de financiamiento podrían aumentar de manera acelerada, debido a la baja recaudación y a la alta relación entre deuda e ingresos.
El FMI refiere que, en relación con el PIB, la deuda no debe superar el 40 por ciento, y ha advertido de que Guatemala no puede depender de préstamos para apoyar políticas contracíclicas —gasto público— prolongadas.
Ese organismo señala que lo ideal es que el país limite su gasto en su cuenta de balance primario respecto del PIB; es decir que gaste el monto que ingresa de recaudación tributaria.
Acumulada
De aprobarse la deuda planteada para el 2015, en los últimos 10 años la tasa de endeudamiento crecería 192 por ciento, al pasar de Q43 mil 539 millones en 2005 a Q127 mil 334 millones previstos para el próximo ejercicio fiscal.
En términos nominales, equivale a un aumento acelerado de Q83 mil 795 millones en la última década, o sea que cada día el país se ha endeudado en Q22.9 millones.
En el 2009, durante la administración del presidente Álvaro Colom, el indicador se disparó y se elevó al 49 por ciento.
En ese período se presentaron los efectos de la recesión económica mundial, que impactó en los ingresos fiscales nacionales, por lo que se recurrió a emitir bonos y préstamos para pagar funcionamiento —salarios—.
La deuda en los primeros tres años de la gestión de Otto Pérez Molina ha subido 15 por ciento, pero en el 2015 llegaría al 31 por ciento, continuando con el esquema de emitir endeudamiento para pagar deuda.
De 2009 a 2014, esta se ha incrementado en Q55 mil 447 millones.
Indicador
Débito per cápita
Al 31 de julio recién pasado, la deuda pública por cada habitante asciende a Q7 mil 13.9, pero en el 2015 el indicador se situaría en Q7 mil 871.7, lo que significaría un aumento de 12.2 por ciento interanual.
Proyecciones del Instituto Nacional de Estadística indican que para el próximo año la población será de 16.1 millones de habitantes.
La participación del saldo de la deuda en el presupuesto proyectado es que por pago de intereses y comisiones se deberán pagar Q7 mil siete millones, que equivalen al 9.7 por ciento, lo que significa que de cada Q3 recaudados, dos se destinan para el pago de intereses y comisiones, y Q1 para amortizar la deuda pública.
Guatemala tiene compromisos con 16 acreedores mundiales.