Un grupo de expertos compuesto por politólogos, semiólogos y expertos en discursos políticos analizaron los discursos de cuatro potenciales candidatos, de cara al proceso electoral del 2015.
Invocación divina
Los precandidatos analizados tienen una característica en común: en sus mítines, discursos o conferencias se refieren a Dios como un ser supremo en quien creen y en quien hay que creer. Algunos de ellos, como Manuel Baldizón, del partido Libertad Democrática Renovada (Líder), incluso oran frente al público y muestran la Biblia como garantía de su fe.
“Esto lo están haciendo ahora porque hay un mercado de al menos 30 por ciento de personas que están sintonizadas con las cosas de Dios, y que eso no pasaba antes. El crecimiento de los evangélicos ha sido grande, y creen que si hacen eso talvez logren su propósito”, explicó Rafael Pantoja, experto en comunicación política.
El analista consideró que “es tal la ignorancia de las masas, que un gancho así puede funcionar”.
En esa línea, Otto Yela, catedrático en Semiología y doctor en Aprendizaje por la Universidad de Alcalá, España, opina que al mencionar a Dios en los discursos, los candidatos pretenden hablar en el lenguaje de su público objetivo. “Saben que al hablar de algo muy íntimo y sagrado captan mucho más la atención de las personas”, señaló.
Yela añade que las personas tienden a pensar que quien habla de Dios es honrada, recurso que también es aprovechado por los políticos. “Tenemos la percepción de que la gente que está metida en cosas religiosas y cristianas practica la honestidad y el respeto”, afirmó el experto.
Sin ideología firme
Otra de las particularidades de los políticos suele ser que evitan identificarse con una corriente ideológica definida, con lo cual resulta que hablan de partidos de “derecha popular o moderada”, de que “apoyan el libre mercado, pero con la regulación del Estado”, o se muestran a favor de la explotación de los recursos naturales que beneficien al ser humano.
Los expertos consideran que los políticos tratan de buscar un punto intermedio para quedar bien con la mayoría de sectores posible.
“Como la izquierda y la derecha en el mundo se han desdibujado tanto, es para ubicarse en una suerte de centro que trata de aglutinar los principales elementos de ambas corrientes. Es una forma de querer quedar bien con todo el mundo y mantener un margen suficiente para ser flexible a la hora de tomar decisiones”, indicó el politólogo Luis Fernando Mack.
La ubicación de los candidatos en el análisis se hizo en orden alfabético, de acuerdo con su apellido.
Dato
6 meses TSE hará la convocatoria a elecciones.
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Manuel Baldizón
En sus discursos no puede dejar de hablar de Dios y de los adultos mayores, y afirma que Líder es la única oposición.
“Hoy estoy aquí para conducir el movimiento que comparte el sueño de liberar nuestra nación, liberar Guatemala, para abrir espacios de oportunidad”.
“Líder es el único partido que está defendiendo los intereses de la nación. Es la única oposición al actual gobierno, el partido oficial y sus aliados ”.
Hablar de “liberar la nación” es parte del discurso populista del candidato.
Busca capitalizar el descontento de la población, al decir que es diferente.
Con ello fortalece la lógica del menos malo, al decir que son la única opción.
Trata de dejar fuera al resto de opciones para una hipotética segunda vuelta.
“A Manuel Baldizón no le va a temblar el pulso para aplicar la pena de muerte al delincuente, al que mata a una niña y al que viola a un niño”.
“Es necesario el bono 15. Solo el pueblo salva al pueblo. Pena de muerte para el asesino y violador de niños. Los adultos mayores deben ser prioridad”.
Hablar en discursos en tercera persona del singular es signo de idolatría propia.
Es una falacia efectiva, porque puede resultar atractivo para el público.
Las promesas repetidas representan la continuidad de la última campaña.
Cree que se cumplirá con la tradición de que gana el que queda en segundo lugar.
“Tenemos que orar, tenemos que unirnos, para pedirle al Señor que nos ilumine e ilumine a los malos, para que se vuelvan buenos”.
“Líder es el partido del pueblo. Insto a Guatemala a que nos unamos, que seamos intrépidos, astutos, inteligentes y defender lo que la historia nos ha dado”.
Al hablar de Dios con frecuencia trata de simpatizar con la mayoría cristiana.
También posicionarse como un hombre honesto y con principios y valores.
Asociar al partido Líder con el pueblo refleja la continuidad de una estrategia.
La táctica será repetida hasta que dé resultado, es decir que gane las elecciones.
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Roberto González
El discurso del precandidato de Compromiso, Renovación y Orden (Creo) se liga al sector empresarial.
“Guatemala te necesita; echemos punta. La educación es la salida que nosotros creemos debe tener el país para llegar al desarrollo”.
“La agenda de un gobierno debiera ser minimizar la corrupción, la mala calidad del gasto. Solo ahí, más del 50% de los fondos públicos se va en la corrupción”.
El eslogan del partido pretende darle una imagen de hombre trabajador.
Menciona la educación, para no desligarse del último candidato de ese partido.
Es el clásico discurso del empresariado del país en torno a temas fiscales.
Antes que pagar más impuestos se pretende recortar el gasto y la corrupción.
“El mercado, como un sistema de intercambio, tiene deficiencias; por eso decimos mercado donde sea posible y Estado donde sea necesario”.
“Creemos en el modelo de república y la delegación del poder, que significa los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial”.
Esta parte es vista como contradicción del discurso de González.
La frase se adecúa más a una ideología socialdemócrata en tiempos modernos.
Creer en la república va en línea de lo que históricamente dice el sector privado.
Busca transmitir que, una vez en el poder, respetará la independencia de poderes.
“La minería es necesaria, porque son recursos que nos ha dado nuestro Señor para que el ser humano no la deje de aprovechar, pero de forma sostenible”.
“Muchos de los orígenes o soluciones a los problemas en educación, salud y empleo no es exclusivo al género, a la raza o a la edad”.
Pretende un equilibrio entre los que están a favor y en contra de la minería.
Recurre a Dios, que es un elemento sensible para los sectores que se oponen.
Oponerse a la separación de sectores es propio de la ideología empresarial.
Niega las diferencias sociales y afirma que todos somos guatemaltecos.
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Alejandro Sinibaldi
El precandidato oficialista cita al presidente Otto Pérez Molina y suele hablar en tercera persona del plural.
“Quiero iniciar esta mañana dando gracias a Dios, porque ha estado presente en todos los actos de mi vida. Demos un fuerte aplauso a nuestro Señor”.
“Quiero saludar a un hombre que ha sido inspiración para todos nosotros: a nuestro presidente Otto Pérez Molina, por su cariño, confianza y apoyo”.
Al igual que otros candidatos, pretende transmitir valores cristianos.
Al figurar con su familia, cree que se verá como un hombre correcto y de bien.
Al citar al presidente, cree que aún puede haber una visión positiva del Gobierno.
Puede ser una desventaja por el desgaste del Gobierno en los últimos meses.
“Hoy iniciamos el cambio. Vamos a solucionar los problemas de nuestra nación. Estamos listos para gobernar. Estamos más fuertes que nunca”.
“Hay un candidato que ya sabemos qué esperar de él: la amenaza, el soborno, el chantaje; esa amenaza la representa Manuel Baldizón”.
Hablar en tercera persona del plural es desligarse y evadir responsabilidades.
Se anticipa a los fracasos para decir que estos no serán exclusivamente suyos.
Al acusar a la oposición le apuesta a la polarización e invisibiliza al resto.
Con ello también se fortalece el apoyo en las elecciones al menos malo.
“Mi propuesta se basará en una derecha moderna que respete la libre competencia, pero que comprenda que no podemos vivir con un 70% en pobreza”.
“Necesitamos un Estado subsidiario para mejorar la vida de las áreas rurales. La superación de la pobreza es el mayor imperativo que tenemos en el país”.
Es una postura que busca quedar bien con el sector empresarial y laboral.
Con el discurso evade identificarse como un político de derecha o izquierda.
Reconocer la pobreza puede ser un riesgo, pues significa que no se logró reducir.
Puede ser una virtud reconocer las falencias del Gobierno, para solucionarlas.
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Sandra Torres
La precandidata de la Unidad Nacional de la Esperanza se adjudica los programas sociales.
“Yo los ayudé a ustedes para que pudieran mandar a sus hijos a la escuela. Yo lo dejé hecho para ayudarlos. Yo les voy a hablar con la verdad”.
“El Gobierno ha demostrado total incapacidad en sus funciones; nosotros nunca vimos color de banderas. Los conflictos sociales van en aumento”.
Hablar en primera persona puede ser chocante para algunos sectores.
Puede dar la idea de autosuficiencia y de considerar propio un programa público.
Criticar constantemente al Gobierno actual puede ser una efectiva estrategia.
El descalificar al Gobierno puede ser una idea en la que muchos coincidan.
“En el gobierno pasado se hicieron los programas sociales, y ahora a muchas mujeres las han sacado de los listados que dejamos”.
“Vengo a hablar con la verdad y nada más que la verdad. Soy una mujer de trabajo y del pueblo, igual que ustedes, de lucha y de palabra”.
Torres hace un intento por identificarse como la creadora de los programas.
Utiliza de nuevo la táctica, porque le funcionó mientras estuvo en el Gobierno.
Recurre a la falacia de identidad, al buscar hacerse parte de la población.
Podría ser contraproducente porque ya formó parte de una gestión de gobierno.
“La gratuidad en la educación se ha terminado. Varios niños y jóvenes han tenido que dejar de estudiar porque sus padres no cuentan con recursos”.
“Quiero agradecer a Dios que me haya permitido venir aquí. Aquí estuve con ustedes cuando más me necesitaron, y he regresado”.
Intenta plasmar la educación como uno de los fuertes del gobierno anterior.
Pretende desacreditar a la actual administración en esa área.
Aunque de
manera moderada, también recurre a Dios.
Intenta mantener vigente la religiosidad que practica la mayoría de votantes.