El mandatario recordó que la actual política de drogas y estupefacientes fue emitida por la Organización de Naciones Unidas en 1961 enfocada a la prohibición de las mismas, pero a su criterio en los últimos años se ha visto un incremento de la producción y consumo y no son los resultados que buscan.
Pérez Molina resaltó que es primera vez que se discute el tema en el Foro Económico Mundial y le dará seguimiento en la asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se celebrará en junio próximo en Guatemala, para conocer los resultados del mandato del secretario respecto a un estudio con bases científicas de otras alternativas que se puedan acoplar a esta tarea.
En el segundo semestre se convocará a líderes políticos y sector empresarial a una cumbre en Tikal, Petén, para continuar con el diálogo, se espera contar con la asistencia de representantes de las fundaciones Soros, Carter y Beckley.
“La regulación debe ser diferente para cada una de las drogas“, dijo el presidente e indicó que debería acompañarse de programas de prevención, educación y salud, producto de discusiones y estudios científicos.
“Para los Gobiernos es sumamente difícil estar poniendo recursos en la lucha contra las drogas… Se descuidan otras áreas por recursos que se deben desviar”, aseguró.
Según el mandatario, la industria de las drogas ocupa el tercer lugar después de la de alimentos y turismo, generando cerca de US$360 mil millones (Q 2 mil 880 mil millones).
Diálogo con pandillas
Aunque afirmó que la situación de las maras en Guatemala es muy diferente a los problemas que se registraron en El Salvador, Pérez Molina no descartó que se busque un diálogo con los líderes en busca de fortalecer la seguridad nacional.
En marzo 2012 los líderes de las pandillas salvadoreñas llegaron a una tregua para parar la guerra por rivalidades y pidieron apoyo para la reinserción social, lo cual a octubre de ese año, redujo la tasa de homicidios de ese país del 14 al 5.5 por ciento.