El préstamo tiene un plazo de 20 años, el Estado debe pagar al banco una comisión de compromiso de ½ del 1 por ciento anual sobre el monto no desembolsado del financiamiento.
El prestatario deberá hacer un pago único de una comisión de seguimiento y administración, de ¼ del 1 por ciento anual sobre el monto del contrato, para cubrir o sufragar los gastos derivados de la contratación de la supervisión externa u otros servicios profesionales que determine el banco.
A partir de la fecha en que entre en mora cualquier obligación de pago que corresponda al prestatario por concepto de capital, intereses, comisiones y otros cargos, aplicará un recargo de tres por ciento.
Con este Decreto se autoriza al Ministerio de Comunicaciones para que suscriba de forma directa el contrato de los trabajos con la entidad Sigma Constructores, S. A..
Sigma Constructores, S.A., según registro del portal gubernamental Guatecompras, fue constituida en el país en 1980, y en 1988 fue beneficiada con los contratos 126-88 y 127-88 para la construcción de un tramo carretero de 40 kilómetros en Ipala, Chiquimula, y Moyuta, Jutiapa.
De 1998 al 2011, la empresa recibió alrededor de 20 contratos y ampliaciones para continuar con la reparación y construcción de carreteras en el oriente del país, entre ellas la reparación de rutas dañadas por el paso de la tormenta Ágatha.
Información del Ministerio de Comunicaciones registra una deuda flotante de Q230.4 millones con Sigma y, según lo publicado en Guatecompras, la empresa ha recibido más de Q2 mil millones en contratos con el Estado.
Costo de la deuda
La deuda interna y externa del país, al 30 de junio último, según datos del Banco de Guatemala (Banguat), era de Q104 mil 201.7 millones (al tipo de cambio por Q7.85).
Cada niño guatemalteco que nace hoy ya trae algo consigo: una deuda de Q6 mil 640.15, producto del endeudamiento interno y externo del país, con base en proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), que calcula que en Guatemala hay 15.4 millones.
Analistas económicos comentaron que a futuro los niños pagarán las consecuencias de la deuda, que se destina poco en inversión y tiene fugas importantes por culpa de la corrupción.
La deuda se traducirá a futuro en servicios públicos (seguridad, educación, salud, justicia) de mala calidad porque el dinero de los impuestos irá a pago de deuda.