Política

Relator de la CIDH: “Hay impactos muy tangibles del deterioro de la libertad de expresión”

Una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos visitó Guatemala luego de haber solicitado la gira desde 2022.

Pedro Vaca asegura que José Rubén Zamora es el único periodista con medida cautelar vigente que se encuentra detenido. (Foto Prensa Libre: EFE)

Pedro Vaca asegura que José Rubén Zamora es el único periodista con medida cautelar vigente que se encuentra detenido. (Foto Prensa Libre: EFE)

Por tres días estuvo en Guatemala una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Pedro Vaca, relator para la libertad de expresión, en entrevista con Prensa Libre, reconoció que el deterioro de las garantías de la libertad de expresión ha tenido consecuencias en la sociedad guatemalteca, por ejemplo, la autocensura.

También la secretaria ejecutiva Tania Reneaum Panszi fue parte de la delegación. El motivo de la visita oficial fue la medida cautelar vigente del periodista José Rubén Zamora, que se encuentra privado de libertad en la cárcel de la Brigada Militar Mariscal Zavala, desde 2022.

Esperan que las autoridades del Ejecutivo sean tolerantes a la crítica de los medios de comunicación, que los diputados no legislen en contra de la libertad de expresión y que el sector de justicia defienda la libertad de expresión cuando hayan intentos de censura.

¿Cuáles son las impresiones que se llevan de esta visita?

Hay dos planteamientos fundamentales allí. Primero es la información que se proporciona, tanto de los representantes del periodista Zamora, como la ofrecida por el Estado, era muy disimil -diferente-, y nada mejor que poder ver de primera mano la situación para tener un criterio propio.

La segunda, tiene mucho que ver con los temas de libertad de expresión. Es que por la relación que tiene la libertad de expresión con la vigencia de los sistemas democráticos, y el periodismo como un vehículo que permite el debate público, no queremos periodistas en prisión.

En este sentido siempre ha sido, según mi criterio, muy importante resaltar que todo periodista detenido en las Américas tiene derecho a ser escuchado por el relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

¿Cuáles son las conclusiones de la visita al periodista José Rubén Zamora?

Hay información muy importante respecto a su salud. Hemos pedido directamente a las autoridades que no ahorren esfuerzos para que su atención en salud sea oportuna, pero también he insistido en los distintos espacios en los que he estado, que es importante determinar y esclarecer las causas y las causas de las condiciones de salud que le aquejan. Sobre todo para esclarecer si estas ocurren desde su encarcelamiento y lo relativo al ser una persona que está en custodia especial del Estado.

¿Se pudo clarificar si esos problemas de salud surgen después de la detención de Zamora?

A la delegación que está desplegada no tenemos ni el tiempo ni los insumos para hacer ese nivel de esclarecimiento; sí nos corresponde solicitar que no se escatimen esfuerzos en su atención en salud, toda la que requiera y que las autoridades, el Estado, indaguen y esclarezcan las causas de esto que le aquejan.

¿Cómo es la apertura de Guatemala respecto a esta visita y los Derechos Humanos? 

José Rubén Zamora es el único periodista en el hemisferio detenido con una medida cautelar vigente por parte de la CIDH. Se está cerrando ya con esta visita, que en mi criterio, debió ocurrir hace muchos meses, por no decir años atrás.

Para que se despliegue una delegación técnica como está, se requiere de la anuencia del Estado, esa anuencia no llegó sino hasta hace 10 días. Esta es una visita que se ha solicitado desde inicios del segundo semestre del 2022.

Respecto a los gobiernos anteriores, ¿Cómo ve las situaciones de periodistas con casos judicializados directamente vinculados a su trabajo como profesionales?

Para que haya plenas garantías a la libertad de expresión, una democracia requiere de poderes ejecutivos que sean tolerantes a la crítica y se abstengan de estigmatizar la prensa.

Se requiere de poderes legislativos que no legislen en contra de la libertad de expresión, y de poderes judiciales que acudan en resguardo y defensa de la libertad de expresión cuando hay intentos de censura.

En el caso guatemalteco, hemos notado y se ha registrado a nivel de monitoreo un deterioro profundo y consistente a las garantías de la libertad de expresión, entre otras cosas. El déficit y las alegaciones sobre la falta independencia en el poder judicial impactan, naturalmente, no solo en los procesos de lo que se denomina como criminalización, sino también en la percepción social, incluso de las garantías.

Y ahí es donde el caso de Zamora no es solo un caso en sí mismo de que se está a la expectativa y de que este laberinto judicial acabe y que se permita tener una conclusión sobre esas alegaciones, sobre esos procesos que se han instalado, sino que también es algo que ven los periodistas, me atrevería a decir, siendo Zamora un mentor del periodismo en Guatemala, el proceso en su contra y los procesos contra otros periodistas también son mensajes que entienden y leen perfectamente aquellos a quienes aún no les ha caído un proceso judicial.

Esto es lo que denominamos efecto inhibitorio, efecto amedrentador, que son capas adicionales de los procesos de judicialización a la prensa, y que terminan generando un clima de profunda autocensura y una sociedad que aspira a profundizar sus raíces democráticas requiere, naturalmente, de que nadie tenga temor para expresarse libremente sobre temas de interés público.

¿Cuáles son las amenazas graves que en esta visita se pudieron identificar?

Hay un reproche muy fuerte sobre los temas de garantías constitucionales, hay alegaciones consistentes sobre el acceso a expedientes para ejercer el derecho a defensa.

Hay alegaciones sobre procesos que se encadenan entre sí y que terminan siendo un  laberinto judicial en el cual no parece haber una conclusión en el mediano plazo y con total contundencia, digamos, sí hay impactos muy tangibles.

Tal vez el más claro de ellos es que Guatemala, en el último año y medio, perdió uno de sus tres medios más importantes, y, por lo tanto, perdió un vector y un canal de comunicación, y eso es una tragedia para cualquier democracia.

ESCRITO POR:

Fátima Najarro

Periodista de Prensa Libre especializada en el Organismo Ejecutivo, fiscalización y política, con varios años de experiencia en medios escritos.