Política

Roberto Wagner: “Las posiciones económicas serán un tema sumamente delicado en el gobierno de Nayib Bukele”

Roberto Wagner, especialista en temas internacionales, asegura que la reelección de Nayib Bukele en El Salvador abre muchas situaciones en el Istmo que llaman a estar alertas.

El reelecto presidente de El Salvador, Nayib Bukele, habla desde Palacio Nacional junto con su esposa, Gabriela Rodríguez (Foto Prensa Libre: EFE).

El reelecto presidente de El Salvador, Nayib Bukele, habla desde Palacio Nacional junto con su esposa, Gabriela Rodríguez (Foto Prensa Libre: EFE).

En Guatemala la figura de Nayib Bukele ha sido importante en la discusión no solo de políticos, sino de ciudadanos de toads las edades y los estratos sociales.

Su abrumadora reelección, al final, abre nuevamente ese debate de cómo será a partir de ahora El Salvador, y quizás cómo sus políticas deberían de ser adoptadas en otras naciones del Itsmo centroamericano.

La herramienta de análisis de datos Goo muestra el interés de los guatemaltecos sobre Bukele y de qué hablan. En esta nota usted se puede enterar de los resultados. Análisis: interés por Bukele crece en redes sociales de Guatemala

Roberto Wagner, analista político y profesor universitario guatemalteco, conversó con Prensa Libre, acerca de la reelección de Nayib Bukele. Los riesgos que corre Centroamérica y el propio El Salvador con su figura autoritaria.

¿Qué significa la victoria de Nayib Bukele con esos porcentajes tan contundentes?

La victoria de Nayib Bukele, con los resultados mayores a un 80 por ciento de la preferencia electoral, que son mucho más de lo que se esperaba, deja claro que es la figura indiscutible de presidentes no solo en El Salvador, en donde ha anulado a la oposición, sino una gran figura presidencial en América Latina. Estos resultados son llamativos y sorprendentes que se den en una democracia y en el caso particular de El Salvador.

Incluso con la prohibición constitucional Bukele no solo se presentó a los comicios, sino ganó en forma contundente. Ahora tendrá aplanadora. ¿Qué posibilidades abre esto?

Que no haya tenido que recurrir a un cambio en la Constitución, pero que aun así haya logrado venir, y encontrar ciertas formas que no son del todo legales, porque hay demasiadas discusiones al respecto, pero demuestra que es de los presidentes que para ganar no importan las formas y el fin justifica los medios. Ahora con aplanadora y habiendo logrado lo que logró quedará un Bukele que se puede enquistar en el poder por muchísimos años.

¿Qué lo hace el político más popular hoy día? ¿Por qué produce ese sentimiento de necesitar mano dura?

Bukele ha sido sumamente hábil. Ha encontrado enemigos comunes. Primero fueron los partidos políticos tradicionales (Arena y el FMLN). Los ataca como corruptos y la gente se da cuenta y apuestan por él. Después va contra la comunidad internacional a los que critica porque hablan de Derechos Humanos y hacen su cooperación, pero los califica de cómplice de gobiernos corruptos. El mandatario lanza el mensaje de ‘no se metan con nosotros’. Hace ese discurso de soberanía y golpes de pecho patrióticos que a la gente le gusta. Por último, la lucha contra las pandillas, que más allá de las críticas que podamos hacer observadores lejanos y en El Salvador, ha tenido resultados en las zonas más peligrosas o afectadas por el fenómeno. Eso ha hecho que la gente responda positivamente a su figura como líder político.

Con este resultado ¿Se debilitó la democracia en El Salvador?

No tanto así. La democracia como tal en un sistema republicano, que debe tener división de poderes y alternancia, sigue. Pero cuando empezamos a ver una figura que pasa de ser el presidente democrático a uno que podría ser autoritario, que empieza a estampar su personalidad en la forma de hacer política y se empieza a hablar de Bukelismo, es evidente que sigue las mismas posturas que en un momento las tuvo Hugo Chávez en Venezuela, por ejemplo, o Alberto Fujimori en Perú. No es un fenómeno solo de izquierdas, sino de derechas. Lo hizo Fujimori, casi lo hizo Álvaro Uribe en Colombia. El problema es que se ha empezado hablar de Bukele, quien se pinta como un gran caudillo a nivel latinoamericano y mundial.

Llamarse a sí mismo ‘el dictador de El Salvador’, aunque sea en tono irónico, qué mensaje envía, o quiere enviar. ¿Es de preocuparse?

Cualquiera que se llame dictador definitivamente manda un mensaje autoritario, que las cosas se hacen como él quiere. La relación política se convierte en una en donde la oposición solo puede someterse a esa voluntad o rebelarse.

Para hacer la segunda se debe tener una cintura política muy fuerte y hoy no veo eso en El Salvador. Puede que surja, pero será muy interesante verlo en los próximos años qué voces salen, pero más interesante será si las anularán como pasa en Venezuela, por vías jurídicas u otras más autoritarias, que eso puede ser bastante más peligroso. Definitivamente alguien que se autoproclama dictador es porque tienen ansias de poder absoluto.

¿Debería preocuparle al mundo, al Istmo, el hambre de poder de Bukele y el desprecio que muestra por los controles y los contrapesos?

Sí. Creo que los que más se tienen que preocupar somos nosotros, los centroamericanos. Ya lo he dicho una y otra vez, y lo repito, Bukele tiene un ego que no cabe en Centroamérica. Puede que su efecto político empiece a generar un derroche en otros países. Ya hablamos de cómo ha habido candidatos que buscan implementar sus políticas o parecerse a él, pero pueda que vaya más allá y que identifique a otros políticos que sean como sus satélites en países vecinos. El caso de Guatemala, Honduras y así sucesivamente, sí estaría muy atento a lo que significa Bukele y a lo que puede significar que concentre más poder del que ya tiene. Me atrevería a decir, sin duda alguna, que más que Ortega, más que Hugo Chávez, más que Díaz Canel en Cuba, incluso porque no son presidentes populares, no escucho a otros políticos del mundo decir que quieren ser como ellos, pero eso sí, quieren ser como Bukele.

¿Qué mensaje manda al tener en su círculo íntimo a sus hermanos?

Entre más concentra poder es más inseguro. Lo hemos visto a lo largo de ciertas dictaduras que entre más poder tienen, más sienten que les pueden quitar la silla. Cada vez se cierran esos círculos internos y en este caso están sus hermanos, quienes serán los que manejen esto como si fuera un clan. Muchas veces hasta los mismos hermanos deben tener cuidado. El Salvador se dirige hacia el control absoluto de Bukele no sólo en los diferentes poderes del Estado, sino en el territorio y en los aspectos de la vida social, cultural y política del país.

Félix Ulloa, vicepresidente de Bukele, ha dicho a medios que ahora que limpiaron la casa de la delincuencia se enfocarán en la educación, la salud y la infraestructura. ¿Es por ahí donde debe ir la política de Bukele?

Lo más complicado que tendrá enfrente Bukele es mantener esa posición que tiene hoy, ese liderazgo y esa popularidad. Su tarea principal será mantener a la gente feliz. Pero esos índices de popularidad cuando suben o son tan altos, no se pueden mantener por mucho tiempo e implica mantener a la gente contenta y hacer gastos. Eso implica tomar decisiones que muchas veces no les van a gustar a todos. Para lograr eso necesitará dinero. La gran tarea será mantener esos aspectos. Las posiciones económicas será un tema sumamente delicado. Tiene que trabajar más en el tema económico. Si habla de mejorar escuelas o abrir más hospitales ¿de dónde va a sacar ese dinero? Cuando empiece a apretar a la gente con impuestos se le podrían voltear. Por otro lado, podría recurrir a préstamos internacionales, sea con China o los Estados Unidos, pero al final del día, le pedirán que pague lo que debe y ahí es donde comienzan los problemas.

¿Está naciendo una nueva dictadura en El Salvador? ¿En Centroamérica?

Es preocupante. Será interesante saber cómo será la segunda administración de Bukele. Vimos lo que quiso hacer Juan Orlando Hernández en Honduras, violando la Constitución, haciendo una reelección y vimos en donde paró, aunque claro, son casos muy diferentes. Aquí la cuestión es qué hará y cómo actuará. Qué tanto gastará para mantener a la gente contenta. Los dictadores tienden a usar el pan y el circo. Mantener panzas llenas y tener espectáculos de entretenimiento. Hace poco llevó a Lionel Messi a El Salvador. Hasta qué punto puede seguir, venir y expandir y tener ese efecto derroche que mencioné a nivel de poder político en la región. A diferencia de Ortega, ahora tenemos a un Bukele que sí es popular en El Salvador y otros países centroamericanos. Eso es una cuestión que nos debe llamar la atención y sí debería preocupar.

¿Significa algo para Guatemala esta contundente reelección?

Para Guatemala va a ser un reto nuevamente. Después de todo lo que pasamos acá, que tenemos un Gobierno que tiene muchas adversidades, que todavía está buscando cómo posicionarse para lograr ciertas cuestiones y que van a necesitar mucha ayuda entre ellos, mucha ayuda internacional, cualquier agujero que se pueda dejar. Siempre puede ser aprovechado, ya sea por alguien que busque seguir el ejemplo de Bukele o por el mismo para ofrecer ayuda.

ESCRITO POR:

Raúl Barreno Castillo

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad y justicia con 25 años de experiencia.