Aunque ambos sectores niegan que quieran sacar a los diplomáticos, varios expertos creen que la hipótesis es válida y se refuerza con acciones como la reciente carta que entregó el embajador Marvin Mérida —colaborador presidencial en tema de migrantes- al senador Mike Lee, en una visita que hizo a EE. UU. del 4 al 7 de abril pasados.
En la misiva pide al senador que investigue el actuar del embajador Robinson, ya que, afirma, se ha inmiscuido en la toma de decisiones, por lo que viola convenios internacionales.
Pedro Pablo Solares, de la iniciativa Puente Norte, considera que Mérida es un íntimo colaborador de Morales. No hay que olvidar que en un tuit el presidente lo califica como “amigo y persona de confianza en Estados Unidos”, por lo que resulta difícil que esta acción política haya sido una ocurrencia personal, dijo.
Carta enviada por embajador, en la que critica a Todd Robinson, de Estados Unidos, revive el debate de un doble discurso, según analistas.
“Es claro que él actuó en representación de alguna facción del Gobierno, y él pertenece al círculo íntimo de confianza del presidente. Además, los embajadores en su rol deben responder a una política directamente supeditada a Cancillería. El canciller es quien ejecuta esa política, según las directrices que recibe de la Presidencia. Las acciones de los embajadores no son personales”, refirió Solares.
El abogado constitucionalista Alejandro Balsells señaló que tanto empresarios y Gobierno manejan un doble discurso en relación a Robinson y a Velásquez.
“Por parte del Gobierno, si tiene algún problema lo debe resolver por la vía diplomática y esto significa llevar las quejas, las denuncias, a donde corresponde y, por último, declarar non grato al embajador. Pero ese doble discurso de que te quiero porque que me da miedo hacerte daño, no le conviene a nadie”, dijo Balsells.
El abogado agregó: “Por la vía de los empresarios hay una doble moral terrible, porque dicen que apoyan, pero luego dan la espalda y boicotean el tema de la Cicig. No se sabe si es porque tiene un asunto que no les gusta que salga a luz o defienden a otros”.
Reitera Rechazo
El embajador Mérida respondió, vía mensaje de texto, que mantiene su postura y que lo hizo porque como guatemalteco exige respeto a la soberanía de su país en la toma de decisiones.
“El actuar de Robinson deja mucho que desear como diplomático. El presidente no me ordenó nada; yo lo hice a título personal”, explicó, aunque analistas recuerdan que usó hojas membretadas del Gobierno.
El canciller Carlos Morales le envió otra misiva al senador Lee y expone que Mérida no tiene ningún puesto oficial pero trabaja como asesor honorario en temas migratorios para Morales.
“Ni el presidente, ni mi persona, ni el ministerio que represento estamos de acuerdo con lo expresado y las referencias hechas a su embajador aquí, Todd Robinson, a quien respetamos y apreciamos, así como el trabajo que él y las instituciones de los EE. UU. están haciendo en Guatemala”, señaló.
Javier Zepeda, director ejecutivo de la Cámara de Industria, indicó que ellos están a favor de la Cicig y del apoyo que EE. UU. ha dado en la lucha contra la corrupción. La reunión de diciembre pasado fue para fortalecer los lazos, y el tema de estar en contra de Robinson fue “de una persona y no del grupo de empresarios”