“Se dará un resarcimiento porque hubo participación de guatemaltecos”, manifestó el jefe de estado, aunque aclaró que todavía no han decidido el monto.
Colom también anunció que representantes de esta comisión se reunirán en un futuro próximo con los investigadores estadounidenses para evaluar el tipo de compensación que puede dar EEUU a Guatemala por esos experimentos.
Entre ellos anunció la posibilidad de la construcción de un Instituto de Ética con recursos de Estados Unidos.
Según el informe presentado por Espada, un total de 2 mil 82 guatemaltecos fueron contagiados durante los experimentos practicados por diez médicos estadounidenses y doce guatemaltecos.
Espada explicó que durante las investigaciones sólo pudieron dar con seis infectados, pero dijo que por ética, no se pueden identificar ni dar a conocer su estado de salud.
El vicepresidente también aclaró que no se podrá dar una persecución penal en contra de los médicos guatemaltecos que participaron en los experimentos entre 1946 y 1948 porque “todos están muertos”.
El embajador de Estados Unidos, Arnold Chacón, quien recibió una copia del informe, denominado “Consentir el Daño”, reiteró las disculpas que el presidente norteamericano, Barack Obama, ofreció en octubre de 2010 a Colom por las “prácticas abominables” que hizo su país en Guatemala.
“Lo sentimos mucho por las víctimas que sufrieron por los experimentos antiéticos”, manifestó el diplomático, que se mostró “indignado” porque esos experimentos “se hayan dado bajo el pretexto médico”.
Chacón dijo que el informe presentado hoy por Guatemala representa un avance y el compromiso para esclarecer los experimentos con humanos y deducir las responsabilidades de algunas autoridades.
La Comisión concluye en su informe que los 2.082 hombres y mujeres guatemaltecos, entre soldados, presos, trabajadoras sexuales y enfermos mentales, fueron sometidos a procedimientos clínicos “inhumanos” relacionados con enfermedades venéreas.
La documentación analizada da indicios sobre un número mayor de víctimas, pero no se puede determinar la cantidad con certeza y exactitud ni existe evidencia de que las personas hayan sido informadas sobre las inoculaciones, señala el informe.
Los registros detallados de las víctimas de experimentos permiten establecer que la mayoría de personas fueron expuestas, de manera cruel e inhumana, a enfermedades venéreas causantes de daños severos a sus organismos, incluso la muerte, según el informe.
“El racismo, con su carga de prejuicios, menosprecio y discriminación, estuvo presente a lo largo de todo el proceso de los experimentos de manera explícita y consciente”, lo que constituye “un agravante en contra de las víctimas y la dignidad del país” , refiere el documento.
Los experimentos constituyeron una violación flagrante y deliberada de los derechos fundamentales a la salud, la vida y la protección de la personas”, añade.
La Comisión recomienda a los gobiernos de Guatemala y Estados Unidos, identificar a los sobrevivientes y a los familiares de los infectados, establecer el impacto que tuvieron los experimentos y los mecanismos de reparación y compensación institucional e individual para los afectados.