“No solo va a ser cuestión de un año… Manejar la situación se puede lograr a mediano plazo, pero es importante que futuros gobiernos mantengan una política clara de que el maíz debe ser resguardado en su totalidad”, indicó Monterroso.
El secretario explicó que muchos de los análisis se trabajaron con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y se llegó a tres importantes conclusiones el primero de ellos es que es necesario transferir información del manejo adecuado de la cosecha; como segundo punto hay que recordar que el maíz no es malo, es un hongo o toxina que surge por malos procedimientos; en tercer lugar se habló del fortalecimiento de normas como el código alimentario.
“Ese cambio que se debe dar pasa desde procesos tan básicos como separar mazorcas con moho. En la nixtamalización tiene que ser muy claro el lavado posterior que se da al maíz, tiene que llenarse ciertos requerimientos mínimos para que no se mantenga viva (la toxina); cabe mencionar que con este proceso se pierde potencial de afecciones en un 50 por ciento, todo pasa por buenas prácticas agrícolas”, dijo Monterroso.
Las toxinas surgen por un mal procedimiento en el secado del grano, esta puede provocar enfermedades hepáticas y cáncer.
Se estima que solo 169 mil 500 productores de un millón 130 mil saben como almacenar el maíz para evitar que se contamine.
*Con información de Geovanni Contreras