En San Marcos, miles de niños y jóvenes comenzaron clases en edificios dañados por los terremotos ocurridos en noviembre del 2012 y el 7 julio del 2014, la mayoría de los cuales no han sido reconstruidos.
Roelio Orozco, director departamental de Educación, dijo que 30 edificios escolares aún están en proceso de reconstrucción, 40 en fase de diseño y 40 afrontan problemas legales porque el terreno no está a nombre del Estado.
En Quetzaltenango, las clases comenzaron con precariedades. Yanira Juárez, quien inscribió a sus dos hijas en la escuela Soledad España, zona 1 de esa cabecera, lamentó que el piso de varias aulas esté en mal estado y la falta de escritorios.
La estudiante Juana Saquic manifestó su preocupación por los problemas de infraestructura; sin embargo, dijo estar alegre por reiniciar clases.
Maritza de León, directora de la escuela del cantón Llanos de la Cruz, Xela, explicó que le preocupa que la construcción de cuatro aulas quedó abandonada. Según autoridades de Educación, en el departamento hay unos 230 mil estudiantes inscritos.
En Huehuetenango, el ciclo escolar comenzó con hacinamiento, falta de mobiliario y de docentes, entre otras carencias.
Aura Godínez, directora de la Escuela Urbana Mixta de Aplicación, zona 4 de Retalhuleu, relató que varios niños tendrán que estudiar debajo de un árbol, porque las aulas aún están dañadas.
La escuela de la aldea El Jícaro, Cuilapa, Santa Rosa, fue destruida por los sismos, por lo que las clases se imparten en una casa particular.
En Quiché, Sololá, Jutiapa, Totonicapán, Escuintla, Zacapa y Alta Verapaz, los estudiantes esperan que se superen las carencias. Las autoridades educativas dijeron que trabajarán en ello.
G. Guzmán / A. Martínez / J. Tizol / O. Figueroa / E. Sáenz /O. González / M. Sandoval / V. Gómez /E. Sam.