Explicó que entra a trabajar a las 8 horas del 24 y sale a las 8 horas del 25, y el 31 con el mismo horario, por lo que recibirá laborando el 2015.
Luis Gerardo Salazar, integrante del autopatrulla especial de rescate de la 17 Compañía de Bomberos Voluntarios de Huehuetenango, con sentimientos encontrados, aseguró que estas fiestas son días normales de labores, en los cuales su rutina comienza con revisar y arrancar todas las unidades, y verificar el equipo de radio, para que todo esté listo en caso de un llamado de auxilio.
Mauricio Cuevas, jefe de médicos del Hospital Nacional de Baja Verapaz, explicó que estará de servicio para el Año Nuevo, y que en años anteriores le ha tocado atender distintas emergencias, pero la que más recuerda es la de un niño con graves quemaduras.
Añadió que los padres llevaron al menor un 25 de diciembre, pasada la medianoche, con un glúteo casi destruido porque le estallaron varias bombas que portaba en uno de los bolsillos traseros del pantalón.
Carlos González, taxista de Salamá, Baja Verapaz, señaló: “Para mí estas fiestas me sirven para ganar el dinero que necesitaré para la inscripción de mis hijos en el próximo ciclo escolar”.
Julio Castro, jefe de la Policía Nacional Civil en Baja Verapaz, dio a conocer que como servidor público está comprometido con la población, aunque se pone un poco triste por no estar con su familia durante las fiestas.
Aparte, Juan Pablo Pérez, 40, de oficio zapatero, aseguró que muchos esperan con ansias esta época, pero para él es un día normal porque tiene que trabajar para llevar el sustento diario para su familia, en el barrio Cruz de Mayo, en la cabecera de Zacapa.