“Se requiere aumentar la cooperación internacional, no de manera simbólica, porque no se trata de caridades, —sino— de manera real, para neutralizar la fuerza de los criminales”, expresó el mandatario mexicano, Felipe Calderón.
Agregó que la responsabilidad recae, sobre todo, en los mercados de consumo de la cocaína.
También recordó que en cuatro años han decomisado en su país 53 mil vehículos terrestres, más de 500 aeronaves de todo tipo, casi 12 millones de municiones y 112 mil armas, de las cuales, el 60 por ciento son rifles de asalto, y de estos, “70 por ciento, reconocen los americanos son vendidos en Estados Unidos”.
Colom también se unió a los cuestionamientos: “EE. UU. consume el 83 por ciento de lo que pasa por la Región, y Europa, el 17 por ciento, por lo que tienen una responsabilidad” para el combate del crimen organizado y los narcotraficantes, enfatizó.
Cada gobernante tuvo un espacio de entre 15 y 30 minutos, pese a que estaba previsto un máximo de 10 minutos para exponer sus opiniones y esperanzas para el Istmo, considerado el principal paso de estupefacientes entre Colombia, México y EE. UU.
Los requerimientos
Ya sea como compensación económica por el esfuerzo de cada país, o como cooperación global, los jefes de Estado solicitaron mayor apoyo financiero a las naciones amigas y a las llamadas consumidoras para combatir ese flagelo.
“Si la cocaína es un mercado de ventas brutas de US$35 mil millones en EE. UU., según se calcula, y una buena parte de esos miles de millones de dólares vienen a alimentar a las bandas criminales aquí, la ayuda internacional debe ser por lo menos equivalente al flujo de dinero en dólares que los criminales reciben aquí para organizarse y para matar”, exigió Calderón.
Esa sugerencia fue respaldada por Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica: “Los países consumidores deberían dirigir recursos del combate del crimen organizado a Centroamérica en un porcentaje igual al valor de lo decomisado antes de salir de Guatemala, los cuales vayan a un fondo de compensación, por los gastos que conlleva la lucha contra el narcotráfico”.
Mauricio Funes, gobernante salvadoreño, dijo: “En el caso de las drogas, es como la oferta y la demanda. Mientras la demanda aumenta, en la misma medida aumenta la oferta. Si reducimos la demanda en los mercados más grandes, entonces afectará la oferta”, al referirse a que en las naciones consumidoras deben hacer esfuerzos similares a los de países centroamericanos para detener al monstruo del narcotráfico, que no conoce fronteras.
EE. UU. responde
Hillary Clinton, secretaria de Estado de EE. UU., respondió que su país invierte en frenar el consumo y en desmantelar redes de tráfico de armas.
“Sabemos que gran parte de la demanda de droga se encuentra en mi propio país, así que, por tercer año, el presidente —Barack— Obama está destinando US$10 mil millones para financiar la reducción de demanda a través de la educación y prevención en EE. UU”.
Agregó: “Al mismo tiempo estamos acelerando nuestros esfuerzos policiales para encontrar las filiales de organizaciones criminales transnacionales y estamos aumentando el trabajo en contra de las redes de tráfico de armas”.
En marzo del 2010, durante su primera visita a Guatemala, Clinton afirmó: “La administración de Obama reconoce y acepta la responsabilidad compartida por los problemas de tráfico de drogas en esta región ( ) Sabemos que somos parte del problema y es una admisión que estamos dispuestos a hacer”.
Karel De Gucht, comisario de Comercio Exterior de la Unión Europea (UE), expuso que Centroamérica necesita un paquete de reformas para un sistema de justicia independiente y transparente, leyes sólidas para combatir la corrupción y el blanqueo de dinero, y una política fiscal más equilibrada.
“El apoyo de la UE a este proceso debería considerarse como punto de partida en la situación actual, hasta que la Región sea capaz de desarrollar sus propios instrumentos políticos, financieros y administrativos con una perspectiva sostenible a largo plazo”, añadió.
Otras propuestas
Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, propuso la creación de un centro regional contra el lavado de activos, integrar plataformas informáticas delincuenciales instantáneas, con el fin de detectar antecedentes de sospechosos, y establecer centros especiales de entrenamiento para las fuerzas de seguridad.
“El narcotráfico doblegó prácticamente a nuestra democracia, y en esa pelea perdimos a nuestros mejores hombres, policías, políticos y periodistas. Por eso hemos querido compartir nuestra experiencia”, dijo Santos, al comentar el caso colombiano.
Chinchilla hizo ver que el problema de las drogas debe verse también como un problema de salud pública. “Las cárceles no se darán abasto si persistimos en penalizar el consumo, en lugar de verlo como un problema de salud pública”, enfatizó.
Las reuniones de Clinton
La secretaria de Estado se reunió por separado con Colom; el presidente hondureño, Porfirio Lobo, y la fiscal general guatemalteca, Claudia Paz y Paz.
“Hablamos de la necesidad de recursos para enfrentar ese desafío. El desafío que significa la violencia que pueden ejercer las estructuras vinculadas con el narcotráfico, así como su enorme poder corruptor, por las grandes cantidades de dinero que manejan”, refirió Paz y Paz.
Clinton le reconoció a Colom la cantidad de incautaciones al narcotráfico y el avance en la integración regional, y manifestó interés por fortalecer el apoyo entre países, informó el vocero presidencial, Ronaldo Robles.
