El lugar en donde más alarma han causado estos movimientos sísmicos es San Marcos, departamento más afectado durante el terremoto del 7 de noviembre del 2012.
Habitantes de la cabecera y de San Pedro Sacatepéquez mencionaron que los recientes enjambres sísmicos han dañado más las estructuras que se agrietaron durante el terremoto del 2012, y temen que estos puedan caer y causar tragedias.
Gensi Herrera, delegado de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), explicó que se han hecho monitoreos para verificar las viviendas.
Fredy Miranda, de la Municipalidad de San Pedro Sacatepéquez, indicó que tienen conocimiento de que varias estructuras han sido afectadas en estos últimos días y por ello se coordina la revisión de los inmuebles.
El alcalde de San Marcos, Carlos Barrios Sácher, expresó: “Hay casas que se siguen rajando en pleno centro de la ciudad, y eso preocupa a los propietarios”.
A Walter Monzón, vecino de San Pedro Sacatepéquez, le preocupan los movimientos telúricos porque la casa de sus padres se sigue agrietando, por lo cual tuvieron que abandonarla el domingo recién pasado.
Fernando Méndez, vecino de Escuintla, dijo que cuando ocurren los sismos muchas personas salen de sus casas porque tienen miedo de que las paredes colapsen.
Aroldo Gutiérrez, residente en Retalhuleu, dijo que la mayor parte de epicentros de los últimos días se han ubicado en ese departamento, y por eso es comprensible el temor de la población.
Se libera energía
Eddy Sánchez, director del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología, dijo que la actividad sísmica en el suroccidente puede calificarse como normal.
Explicó que después del terremoto del 2012, la zona quedó activa en el Pacífico, en donde se unen las placas de Cocos y la del Caribe.
Refirió que los constantes sismos liberan energía y reducen las posibilidades de un evento mayor como un terremoto.