El grupo Escénico Sara Esteban puso en escena en el Teatro Cápitol, la comedia en tres actos de Jacinto Benavente, Abdicación. La función fue a beneficio de la Cruz Roja Guatemalteca.
…”Aún reconociendo el genio de don Jacinto y teniendo en altísimo concepto a su prosa, nunca hemos sentido atracción especial por su teatro; Abdicación es, donde quiera, una linda obra que, para España, contiene importante mensaje-social . En América, donde la nobleza titulada no puede ser más que molesto estorbo, nos parece, simplemente, una comedia”, decía el artículo. Además destacaba la actuación de la actriz guatemalteca Marta de Madrid que interpretó a la duquesa de Guadalaviar.
En ese mismo mes también se presentaba Otra vez el diablo de Alejandro Casona, en el Teatro de Arte Universitario. Ese año se hizo una presentación exclusiva para Prensa Libre en el auditórium de Belén. También en el Teatro Roxi, la Sociedad Pro-Arte Musical presentaría un concierto con la actuación del Cuarteto “Jesús Castillo” y la pianista norteamericana Louise Leschin.
El precio para ver una obra en esos años era de Q0.30 centavos a Q1, mientras el cine costaba de Q0.10 a Q0.50 centavos, según la película a ver.
En 1954 llegaron las Marionetas de Salzburgo que estuvieron en el país solo en cuatro presentaciones en el Teatro Capitol.
En 1956 se presentó la Compañía Mexicana de Teatro Clásico con obras como El gran teatro del mundo, la obra de Lope de Vega, Fuente Ovejuna y El alcalde de Zalamea, de Pedro Calderón de la Barca. Estuvieron en el Conservatorio Nacional de Música y en Ciudad Vieja.
El contexto histórico
En un artículo publicado en Revista D en 2016 se comenta que en esos años, “sin demeritar las actividades teatrales anteriores a 1945, se puede afirmar que el teatro nacional casi nace a partir de la década de 1940”, detalla el escritor Francisco Albizúrez Palma, en Grandes momentos de la literatura guatemalteca.
Después de la Revolución de Octubre, “el arte guatemalteco en general recibió un impulso durante el gobierno del presidente Juan José Arévalo Bermejo; el teatro no fue la excepción”, menciona el director de teatro Ricardo Martínez en su libro, Los sentidos de autoritarismo y represión en el teatro guatemalteco (1954-1996).
El Teatro de Arte Universitario (TAU) comenzó en esta época, reorganizándose después bajo la dirección de Carlos Mencos, quien marcó el cambio del teatro profesional. En 1950 la obra El tren amarillo, de Manuel Galich, denunció la manera de operar en el país de la United Fruit Company (UFCO), sentando un estilo de dramaturgia que continuó las siguientes décadas.