
El hombre, de 40 años e identificado como Niels H., fue condenado a cadena perpetua por intento de asesinato en 2006 y por asesinato en 2015.
Durante su juicio en 2015, el enfermero admitió haber aplicado la sustancia a unos 90 pacientes que estaban en cuidados intensivos en una clínica en la ciudad de Delmenhorst.
Pero la policía dijo que las anomalías se remontan al año 2000 en otra clínica en Oldenburg.
El personal de esa clínica discutió en 2001 sobre los elevados niveles de muertes y reanimaciones entre los pacientes tratados por el sospechoso, pero no lo reportaron a la policía, y Niels H. pudo trasladarse a Demelhorst.
“Imposible de determinar el número de víctimas”
Según las autoridades alemanas, en enfermero actuó motivado por el deseo de obtener aprobación por reanimar a los pacientes a los que había suministrado la medicación letal.
Familiares de los pacientes que fallecieron en esos centros pidieron a la policía que lleve a cabo una investigación más exhaustiva.
En 2014 se estableció una comisión especial para investigar la escala de los crímenes de Niels H., que podrían convertirlo en el mayor asesino de Alemania en la etapa de postguerra.
La comisión analizó cientos de reportes médicos y exhumó 134 cuerpos para tomar muestras del medicamento.
Pero muchos pacientes fueron incinerados, por lo que la investigación ha resultado difícil.
“Simplemente no es posible decir cuántas personas fueron asesinadas”, dijo el jefe de la policía de Oldenburg, Johann Kuhme.
Kuhme advirtió que la cifra de posibles víctimas podría aumentar. Se espera que se presenten nuevos cargos contra el enfermero a principios de 2018.