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Cinemateca Universitaria recupera el pasado fílmico

La Cinemateca Universitaria "Enrique Torres" fue fundada un día como hoy 9 de marzo de 1970 por el profesor José Enrique Torres Pérez.

Walter Figueroa, director de la Cinemateca Universitaria Enrique Torres, de la Usac. (Foto: Hemeroteca PL)

Walter Figueroa, director de la Cinemateca Universitaria Enrique Torres, de la Usac. (Foto: Hemeroteca PL)

Más de 5,000 rollos de película de 35, 16 y 8 milímetros se encuentran resguardados en la Cinemateca Universitaria, desde 1970. Éstos contienen imágenes de acontecimientos históricos y películas de ficción hechas por directores nacionales.

Torres Pérez, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos, se basó en la idea de que el cine constituye un vehículo de primer orden en la transmisión y divulgación de ideas y sentimientos que representan valores de la cultura, según lo publicado en la revista del primer ciclo de exhibiciones de la Cinemateca Universitaria, en junio de 1970.

Se presentó el proyecto de realizar una Unidad Cinematográfica, el cual fue aprobado por acuerdo de Rectoría No. 7110, emitido por el rector Rafael Cuevas del Cid.

Su primera sede fue en la Facultad de Derecho de la Usac, donde empezó a funcionar como un cine club. Además, productoras independientes, realizadores y personas particulares donaron sus rollos de película con imágenes antiguas para que fueran archivadas y proyectadas a la comunidad universitaria. En 1971 se le bautizó con el nombre de “Enrique Torres”, en honor a su fundador.

Aproximadamente cinco años después se trasladaron al Centro Cultural Universitario, antiguo Paraninfo, donde contaron con un espacio más amplio y los requerimientos físicos adecuados para una cinemateca. En esta época les fueron donadas las colecciones de rollos de nitrato de la Tipografía Nacional. También recibieron las de los cineastas guatemaltecos José Quiñónez Castillo y Eduardo Fleischmann y la del noticiero de la Universidad de San Carlos. En total se reunieron alrededor de 1,300 rollos de película, en su mayoría originales. La cinta más antigua data de 1926 con escenas de la película muda “Mi ciudad: la tacita de plata”, producida por Circa.

También las embajadas de diferentes países donaron documentales. La Cinemateca incrementó su archivo con fotos, afiches y elementos que fueron utilizados en películas producidas en el país.

Renovación

Desde el 2003 el director,  Walter Figueroa, el técnico Marco Antonio Alonzo y el archivador Alberto Jiménez, retormaron los objetivos iniciales de la Cinemateca de divulgar y promocionar el patrimonio fílmico guatemalteco que tiene resguardado.

Los tres han trabajado, cada uno en su especialidad, en la revisión, reparación, ordenamiento y transferencia de todo el material a formatos más estables.

Crearon una base de datos con información de las imágenes antiguas y recientes, dividido por el género al que pertenecen; de esa forma, los estudiantes y personas interesadas pueden tener acceso a las tomas y las películas fácilmente.

Además, cuentan con el servicio de préstamo, por dos días, de algunos de los audivisuales. Los interesados pueden solicitar la proyección de las cintas en el lugar que lo requieran. Otro servicio es la venta de imágenes, de las que se tienen derechos de autor, a productoras independientes guatemaltecas o extranjeras.

Algunas de las producciones presentadas en los últimos años se han titulado Guatemala de Antaño 1 y 2, las cuales presentaban imágenes de los años 1920 a 1967 nunca antes vistas como la Estación de Trenes en 1915, la consagración del Arzobispo Luis Durou y Suré, en 1928, y el cuarto centenario de la Virgen de Guadalupe con el templo en construcción en 1931, entre otros. Otras presentaciones han mostrado imágenes de la Semana Santa de años pasados y producciones nacionales como las realizadas por Rafael Lanuza.

La Cinemateca es una de las instituciones del país que ha demostrado alto nivel técnico y profesional. En 2006, por ejemplo, impulsó un singular ciclo de cine para ciegos, al cual nombró Tiflocine (tiflo significa ciego, en griego), al cual asistieron decenas de no videntes. Aquel año fuimos el segundo país de Latinoamérica, después de Chile, en programar películas para ciegos, indica Figueroa.

Video sobre los 45 años de la Cinemateca Universitaria. (Video: Tomado de Youtube)

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