Alrededor de estos pueblos existieron varios cuerpos de agua pequeños como lagunas o lagunetas. De acuerdo con el historiador Julio Galicia Díaz, antiguamente había lo que se llamaban “guardas” o “guardianes”, de entrada al Valle. Eran puertas de entrada y se llamaban conforme al lugar en el que se encontraban. Estaban construidas de madera que se mantenían abiertas durante el día y eran cerradas durante la noche.
Las puertas eran casi simbólicas porque a los lados no había muro, sino eran terrenos descampados. En otras palabras lo que antes eran “guardas”, serían lo que hoy conocemos como “peaje”.
El Guarda Viejo
Esta entrada fue importante porque conectaba a San Pedro Las Huertas (hoy zona 5) con los Arcos (zona 13), y en ese pueblo pernoctaban los viajantes. Cuando la ciudad estaba en Panchoy y salían hacia el Guarda del Golfo, es decir, hacia el Atlántico, lo hacían por el Incienso. Pero cuando la ciudad se estableció en el Valle de la Virgen, fue modificada la ruta y se entraba por la entrada de occidente (hoy Roosevelt) hacia el Trébol, y de allí a la ciudad por la calle real del Guarda Viejo (hoy Avenida Bolívar).
La Parroquia
Un manuscrito del siglo XX, en poder de la parroquia la Divina Providencia, dice: “La Vice Parroquia fue elevada a Parroquia con el título de la “Providencia” por el Ilmo. Sr. Arzobispo D. Fr. Julián Raymundo Riveiro y Jacinto, según comunicación recibida de la Curia Ecca. el 4 de noviembre de 1914”. La parroquia es administrada por la orden de los Salesianos de Don Bosco.
Antiguamente en el barrio existió un jardín botánico y una estación de trenes, lo cual se prestaba para realizar un paseo dominical de un día entero.