El Calvario poseía un graderío en el que muchas familias disfrutaban de un descanso pero también fueron utilizadas por la industria automotriz para promocionar los primeros vehículos que vinieron al país.
Se dice que en 1905 el segundo automóvil en venir a Guatemala subió, como una estrategia publicitaria, las gradas empinadas del Calvario asombrando a la multitud que se reunió en torno al cerro para presenciar ese acontecimiento. El sencillo auto superó la prueba con gran esfuerzo.
El general Lázaro Chacón realizó un acuerdo entre el Estado y la Iglesia, por el cual ésta última cedió el templo ubicado en la cima y a cambio sería construido uno nuevo el cual fue terminado en 1932 y es el que hoy conocemos ubicado en la sexta avenida “A” y 18 calle.
Unos pocos años el viejo Calvario fue utilizado como museo pero su final fue su desaparición así como del cerrito, para dar paso a la ampliación de la sexta avenida hacia el sur. Quedando el recuerdo del viejo calvario en varias fotografías que afortunadamente sobreviven al paso del tiempo.