Fernando Urquizú, del Centro de Estudios Folclóricos de la Universidad de San Carlos, expresó que ambas advocaciones se refieren al hecho de que María, según a la Iglesia Católica, luego de cumplir con su vida terrenal, no murió, sino que permaneció adormecida, y luego, por voluntad divina, fue llevada al cielo.
Detalló que la imagen de la Virgen del Tránsito yace semiamortajada con tunicela blanca y fajín azul, mientras que la de la Asunción, está de pie, en actitud de ser transportada al cielo, ya sea con los brazos cruzados o abiertos hacia arriba.
Urquizú señaló que ambas advocaciones eran utilizadas en un ritual en el que la imagen de la Virgen del Tránsito permanecía en velación de tres días, pero la noche del 14 de agosto se corría por un momento una cortina para cambiar la imagen por la de la Asunción.
En Joyabaj, Quiché, la conmemoración está envuelta en un sincretismo religioso, pues el rezo a la Virgen se mezcla con rituales y danzas prehispánicas, entre estas la del Palo Volador.
“En el proceso de la evangelización indígena, la Iglesia Católica permitió que se incorporaran elementos de las culturas ancestrales, lo que dio como resultado este sincretismo cultural y religioso”, explicó Urquizú.
La fiesta se celebra el 14 de agosto y, al igual que en Chiquimula, la advocación es conocida como la Virgen del Tránsito.
Nebaj, Quiché y Tacaná, en San Marcos, también tienen el patronazgo mariano.
En Asunción Mita no hay un acuerdo sobre el significado del nombre Mita, pero Francisco Fuentes y Guzmán, en su Recordación Florida —siglo XVII—, menciona que este pueblo tenía como advocación a la Santísima Virgen de la Asunción.
Entre tanto, el sacerdote Luis Ortiz, del Seminario Mayor de Sololá, recordó que en Los Anales de los Cakchiqueles —siglo XVI— se menciona que en 1568 el sacramento fue recibido por la población de Santa María de la Asunción, Sololá.
Ancianos de Colotenango, Huehuetenango, contaron que, en un inicio, la imagen de la Virgen era albergada en la parroquia de la aldea La Barranca Chiquita, puesto que era la cabecera municipal, y cuando se cambió por Colotenango, se llevaron la advocación, pero esta retornaba a esa aldea. Los feligreses pidieron a San Marcos su intervención, y este pidió a María que se quedara en Colotenango.
En Tactic, Alta Verapaz, también se celebra hoy el Día del Cristo de Chi Ixim —Dios del Maíz, en poqomchi’, de tez morena—, que apareció en el cerro del mismo nombre.
Pablo García, feligrés de Cantel, Quetzaltenango, explicó que los abuelos del lugar cuentan que la imagen de la Virgen apareció en un árbol de ciprés, por lo que los fieles decidieron edificarle el templo en esa misma ubicación.
En cuanto a la capital, Miguel Álvarez, director del Museo Nacional de Historia, expuso que la Virgen es patrona de la ciudad, pero la feria se celebra en el barrio Jocotenango, zona 2.
El patronazgo en la ciudad empezó cuando la capital fue trasladada de Antigua Guatemala, en 1776, y establecida cerca de la Ermita —Parroquia Vieja, zona 6—, en donde ya se veneraba a la Virgen de la Asunción, absorbida por el templo de Candelaria, en 1784.
La Feria de Jocotenango es titular de la capital metropolitana, pero no la patronal, pues el patronazgo surge de manera independiente. “No tienen nada que ver la una con la otra, salvo que se celebran el 15 de agosto”, afirmó Álvarez .
Dogma de fe
La advocación de la Asunción corresponde a la del Tránsito o de la Dormición, ya que según la tradición católica, María, madre de Jesús, no murió, sino que se quedó dormida y luego fue ascendida al cielo por ángeles. Esa creencia se tiene desde los primeros siglos del cristianismo y tiene como base los evangelios apócrifos, pero en 1950 fue proclamado dogma de fe de la Iglesia Católica por el papa Pío XII, relató Urquizú.
Refirió que si bien son dos advocaciones distintas, la celebración es la misma. El historiador refirió que ambas representan la fase de transición de la Virgen María, que al morir fue llevada, en cuerpo y alma, por ángeles al Cielo, llamada por Jesús, su Hijo.
Por ello, la iconografía de la Virgen del Tránsito —también llamada Virgen de la Dormición— es representada con una imagen yacente, mientras que la de la Asunción tiene los brazos abiertos y es acompañada por ángeles y querubines.
“Las dos advocaciones son dedicadas a la Virgen María. Nos recuerdan un mismo acontecimiento, el paso de este mundo terrestre al mundo celestial”, afirmó el presbítero Nery López, vicario de la parroquia La Asunción, en la ciudad de Chiquimula.
Urquizú explicó que ese pasaje no es narrado en la Biblia, pero tiene su origen en los evangelios apócrifos. “La tradición se mantuvo entre el mundo cristiano, pero fue en 1950 cuando el papa Pío XII, mediante una bula, la declaró dogma de la Iglesia Católica”, dijo.
Para explicar cómo estos municipios tienen o adoptaron como patronas a estas advocaciones, Urquizú expuso: “Tras la Conquista, los españoles fundaron pueblos que bautizaron —inspirados en su religiosidad—, con el nombre de Jesús, la Virgen María, San José y de los apóstoles de Cristo, y la cruz cristiana”.