La acción inclemente del tiempo lluvioso se inició en aquella colonia, a las 17 horas, y minutos después, techos de lámina y de teja de varias decenas de casas humildes, volaron por los aires, sembrando el pánico en los pacíficos moradores.
Más de trescientos niños que tranquilamente recibían sus clases en la escuela Diego Reynoso, estuvieron a punto de ser lesionados con las láminas que volaron por los aires, los que para defenderse tuvieron que refugiarse inocentemente debajo de sus pupitres y otros salieron corriendo a albergarse a las casas cercanas.
Los hechos
La colonia La Florida la integran actualmente más de diez mil personas, en su mayoría humildes trabajadores. Todos se encontraban dedicados a sus ocupaciones habituales y las aguas de la estación lluviosa cumplían con su misión.
Varias horas duró el aguacero a tal grado que el mismo fue acompañado de granizo. A las 17.30 horas exactamente, la lluvia empezó a silbar sobre los tejados y de momento en momento, aquel viento aumentaba.
De repente, los techos de lámina volaron por los aires y todo fue confusión. Las mujeres con sus pequeños hijos corrían a buscar refugio a las casas de mejor construcción, en tanto con tristeza contemplaban cómo el viento destruía el fruto de largos años de trabajo y esfuerzo.
Ninguna comunicación con la capital pudo lograrse en forma inmediata, ya que la colonia se encuentra en un completo abandono y se carece de los más indispensable. No hay teléfono ni oficina telegráfica, ni un puesto de primeros auxilios del IGSS o de sanidad pública, no obstante estar dicha colonia integrada por miles de trabajadores afiliados a la primera entidad.
La escuela de esta colonia es de madera y su techo de lámina. Se encuentra ubicada en 5a. calle y 4a. avenida y únicamente quedó sin mayores daños, el techo del tercer año de primaria. Milagrosamente, ninguna de las láminas cayó sobre la multitud de niños, que asustados, buscaron refugio en diversos lados.
En la 5a. avenida entre 6a. y 7a. calles de la misma colonia, y frente a la casa 11-48, elementos de la radiopatrulla 52 encontraron durmiendo bajo la inclemencia del tiempo a una señora quien dijo que por cuidar algunas cosas de la casa que habitaba, dormía allí. Explicó que tenía dos hijos, pero que afortunadamente no se encontraban allí. La policía procedió a recogerla y a llevarla a la Casa Central, para que por lo menos durmiera bajo techo. En similares condiciones fue encontrado un señor cuya vivienda también quedó sin techo por el viento.
En un recorrido por la colonia se pudo constatar que varias casas quedaron completamente destruidas, ya que únicamente las paredes quedaron de pie en algunos casos y en otros, como el del cine Alex, ni las paredes se salvaron.
Igualmente, en cuanto se inició el fuerte viento, el servicio eléctrico que les proporcionan para las viviendas quedó interrumpido, ya que el aire rompió varios alambres y sembró la alarma por el peligro que los mismos representaba. A las 20 horas se presentaron varias ambulancias de la Cruz Roja guatemalteca para prestar servicios, llevando alimentos que distribuyeron entre las familias más necesitadas.
