Cuando los enviados especiales de PRENSA LIBRE llegaron a Puerto Barrios, los habitantes de numerosas casas dañadas por los fuertes vientos (80 millas por hora) se dedicaban a reclavar las láminas de sus respectivos techos.
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Muchos ranchos de manaca fueron arrancados de sus cimientos, dado a lo débil de su construcción. Daños similares ocasionó Laura en Río Salado, El Cinchado, Kikapoo, Chinook, Hopai, Valle de Oro, Pamaxán, Xelajú y Bananera.
Daños en producción
En cuanto a la producción de banano, un millón y medio de matas quedaron totalmente destruidas en una extensión de dos mil acres. El setenta y cinco por ciento de estas matas estaban cargadas de frutos.
—La policía —declaró el teniente coronel Manuel Ramírez Mendoza, entonces jefe de ese cuerpo enPuerto Barrios— en cooperación con la base militar, Cruz roja local y socorristas llegados de la capital, evacuó a numerosas familias trasladándolas a las instalaciones del gimnasio olímpico, al edificio del sindicato de acción y mejoramiento ferrocarrilero (SAMF), y aún en las oficinas de la policía se instaló a dos familias, todo como medida de precaución.
—Por un momento relató el teniente coronel Ramírez Barrios— creímos que las oficinas del cuerpo de policía iban a quedar sin techo. Afortunadamente sólo se aflojaron varias láminas.
—La tormenta Laura —expresó el gobernador de Izabal, coronel Salomón Villegas— se comenzó a formar en el mar Caribe.
Pasó a la isla de Pinos (Cuba), posteriormente se situó en Yucatán, México, de donde su curso se orientó hacia el sur, azotando las costas del Atlántico de Honduras y por último Belice e Izabal.
En cuanto a daños ocurridos dentro de mi jurisdicción, los respectivos reportes están siendo recibidos a toda hora para con base en ellos rendir un informe completo a la superioridad.
Cuantiosas pérdidas
Los daños, conservadoramente estimados —intervino el señor Cantón Lee Duarte, presidente de la Cruz Roja de Puerto Barrios— ascienden a Q.800, 000 monto este susceptible de que sea elevado al practicarse el recuento, ques aparte de las matas de banano y plátano, también fueron dañados los cultivos tradicionales de piña, arroz, frijol y maíz.
—La tormenta Laura —indicó el agricultor Carlos Gálvez en su finca situada 40 kilómetros antes de llegar a Puerto Barrios— nos dejó totalmente perjudicados. Con los estragos ocasionados por los vientos hemos perdido un año de trabajo y dejamos de cumplir con los contratos firmados con exportadores de banano y plátano.
Mi vecino Alfredo Bauer —expresó— era el primer año que trabajaba su finca. Su producción venía excelente. También fueron dañadas las plantaciones de don Encarnación Marroquín y Rodolfo Chacón. En fin, “todos quedamos amolados”, pero mañana mismo comenzaremos la nueva siembra.
Este y otros testimonios más dan cuenta de la vulnerabilidad de Izabal ante las tormentas tropicales. De aquella realidad de hace 46 años poco o nada ha cambiado, porque el departamento sigue siendo uno de los más castigados por la naturaleza durante el invierno.
Aunque la comunicación era precaria, la radio jugó entonces un papel preponderante. Mucha de la ayuda recibida en 1971 por los damnificados de Izabal se canalizó gracias a los radioaficionados, que establecieron enlaces con emisoras de Cuba, España y México.