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La leyenda de las lágrimas de Jesús de La Merced

Leyendas e historias se han tejido alrededor de la imagen de Jesús de La Merced, como fruto de la tradición oral guatemalteca. El Nazareno de Viernes Santo tiene más de 360 años de veneración.

Jesús de La Merced en su procesión del Viernes Santo de 1978. Foto: Hemeroteca PL

Jesús de La Merced en su procesión del Viernes Santo de 1978. Foto: Hemeroteca PL

Cuenta la leyenda que una señora muy pobre pasaba por un angustioso momento económico, teniendo que solventar de inmediato agobiantes deudas. Desesperada acudió a Jesús de La Merced e imploró su ayuda en el amargo trance.

Jesús, conmovido por la piedad de la suplicante mujer, derramó lágrimas que cayeron en las manos de su devota, convirtiéndose en valiosas piezas de plata.

Posteriormente la mujer recibió una buena suma de dinero al haber empeñado la plata, con la que pagó todas sus deudas. Al cambiar su situación y rescatar las piezas, fue a devolverlas a Jesús, dejándolas sobre su manto, y así nuevamente se integraron a la imagen.

HISTORIA

Jesús Nazareno de la Merced, es una escultura para vestir tallada en cabeza, manos y pies encarnada en las partes visibles. Fue mandada a tallar en 1654 al maestro Mateo de Zúñiga, corriendo la labor de encarnado a Joseph de la Cerda. La perfección escultórica y calidad le hizo meritorio de la Consagración el 5 de agosto de 1717 siendo la primera imagen consagrada en América.

La arraigada devoción que despierta esta imagen viene desde los primeros años de su hechura, por tal motivo en 1721, el Ayuntamiento de Santiago de Guatemala lo declaró Patrón Jurado contra las calamidades, continuando este título vigente al ser trasladado al nuevo asentamiento en el Valle de la Ermita. Luego de los terremotos de Santa Marta en 1773 es trasladado en un viaje de tres días a su nuevo lugar de veneración en 1778.

La publicación de esta leyenda se realizó en la Revista Domingo el 21 de febrero de 1988.

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