Claro, llegó el 10 de mayo, una fecha que simboliza un reconocimiento a las madres por la labor titánica que realizan durante todo el año.
Razón tienen aquellos que comentan que “se es padre un día, pero se es madre toda la vida”, pues ellas (madres solteras, casadas, divorciadas o viudas) desde que procrean se responsabilizan por el cuidado de los hijos e hijas; están pendientes de la salud, alimentación, educación y vestuario de los pequeños, incluso de la pareja.
Además, se preocupan por el aseo de la casa, aunque también trabajen fuera de ella.
La psicóloga Neicy Beaily, considera que “el gran sacrificio que hacen las madres, responde al patrón de crianza aprendido. Se le enseña que por ser mujer debe ser madre y por ende sumisa. Un ejemplo claro se vive en este momento, hoy que se celebra este día, lo que se suele regalar son objetos para el hogar, que responde al contexto machista que aún pervive en nuestra sociedad y en muchas otras”, asegura Beaily.
“Por lo que -continúa- esta mentalidad debe cambiar ya que la mujer es una persona que tiene aspiraciones, piensa, y puede realizarse como ser humano, en esta gama entra la maternidad, pero eso no implica que sólo ellas tengan a su cargo el cuidado de los hijos y de la casa, cuando debe ser compartida” señala.
Madres solteras
Las madres que llevan la carga más pesada suelen ser las solteras, ellas se las tienen que ingeniar para llevar el pan de cada día al hogar y cuidar a los chiquillos.
Son el sostén de su casa, muchas de ellas trabajan más de 8 horas fuera del hogar; dejan por mucho tiempo solos a sus hijos; cuando llegan después de la larga jornada de trabajo tienen que hacer las tareas domésticas y ayudar a los pequeños con los deberes escolares, señala la licenciada Elsa Arenales de Franco, coordinadora del Programa de Extensión de la Escuela de Trabajo Social, de la Universidad de San Carlos, USAC.
Sufren en silencio
Muchas féminas casadas o unidas también llevan la carga solas y sufren más, especialmente cuando existe infidelidad, alcoholismo o son maltratadas física o verbalmente por su pareja. Algunas de ellas callan, y prefieren hacerlo porque ponen ante todo a sus infantes, no quieren que crezcan sin la figura paterna, o temen lo que piense la sociedad.
“Es importante que ellas cambien ese patrón de crianza y no hagan lo mismo con sus hijos o hijas, enseñarles a no protegerlos demasiado, incluso no tener preferencia por “el varón”: servirles la comida, plancharles y lavarles la ropa, mientra la niña no cuenta con esos privilegios. No se debe crear un clima de equidad e igualdad en el hogar”, agrega la psicóloga Beaily.
También existe otro modelo de madre en el país y es aquella a la que no se le permite estudiar ni trabajar fuera de casa, aunque esté pasando penas económicas, ella debe cumplir con los oficios domésticos y servir a la familia. Muchas son profesionales y dejan los estudios porque deben respetar lo que el “marido” mande. Incluso, porque saben que nadie más se hará responsable de los niños o niñas, añade Arenales.
Puede observarse otro tipo de madre chapina: las que no sólo velan por atender a su familia, sino también se preocupan por las del país. Son las madres que se han organizado en los diferentes grupos sociales.