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El último adiós a las víctimas del manicomio

Miles de personas salieron a las calles para ver pasar el cortejo fúnebre de las víctimas del incendio del Manicomio.

Cortejo fúnebre  de las víctimas del incendio del manicomio. (Foto: Hemeroteca PL)

Cortejo fúnebre  de las víctimas del incendio del manicomio. (Foto: Hemeroteca PL)

Para quienes recuerdan ese hecho, comentan que fue una de las mayores tragedias conocidas hasta el momento. El incendio redujo el lugar a escombros y más de 150 personas murieron asfixiadas o carbonizadas, y hubo más de 300 heridos. La labor de todos los que contribuyeron a combatir el fuego y ayudar a sacar a los pacientes fue memorable.

Personal médico y hospitalario, monjas y personas altruistas que sacaron a los enfermos, como la Cruz Roja y los Bomberos Voluntarios, tuvieron un papel heroico Fueron más de 8 horas de trabajo intenso para apagar el fuego, sacar a todos los pacientes y trasladarlos a un lugar seguro para que no fuera mayor la tragedia.

Sin embargo, una enfermera murió al quedar atrapada con varias enfermas en una sala.

Cortejo fúnebre

Al menos media ciudad se congregó en las calles y avenidas por donde pasó el cortejo fúnebre de las víctimas del incendio del Hospital Neuropsiquiátrico.

El conmovedor cortejo salió de las ruinas del hospital a las 17.15 horas. Bajó por la 12 calle hasta la 2a. avenida y de allí enfiló hacia el sur. A lo largo de la 20 calle, desde la 2a. avenida hasta el Cementerio General, largas y nutridas vallas de espectadores silenciosos rindieron un homenaje póstumo a los enfermos que perecieron en las llamas que redujeron a cenizas sus dormitorios.

Entre la multitud se podía observar a hombres y mujeres vestidos de luto. Las mujeres, con mantillas negras, y los hombres se quitaban el sombrero.

Los locutores de una radio que acompañaron el sepelio insistían por medio de los altavoces que dejaran libre el paso y que formaran vallas ordenadas, ya que todos querían ver pasar el cortejo. Miles de personas llevaban flores y coronas. Los féretros fueron transportados en camiones del Ejército.

En resumen, fue una gran manifestación de duelo por la suerte de seres que vivieron y padecieron su enfermedad en el anonimato y conmovieron a todo un pueblo con su muerte.

Duelo Nacional

El gobierno de Miguel Ydígoras Fuentes declaró cinco días de duelo nacional en toda la República y ordenó que durante esos días la bandera nacional se mantuviera a media asta. Al duelo se unieron otros como la Municipalidad capitalina, que declaró 3 días de duelo.

En el sepelio, el ministro de Salud Pública y Asistencia Social, Mariano López Herrarte, en su discurso en el Cementerio General dijo: “Estos guatemaltecos no murieron en vano. Su tragedia florecerá en una obra hospitalaria moderna. Descansen en Paz”.

Ayuda económica

  • El Ejecutivo erogó Q50 mil para habilitar los edificios en donde se instalaron los enfermos provisionalmente, mientras se construía el nuevo centro neuropsiquiátrico.
  • El Papa Juan XXIII envió un mensaje que decía: “Profundo dolor por incendio de manicomio de esa ciudad, eterno pésame ofreciendo sufragios a su eterno descanso“, y remitió un donativo de US$2 mil para los sobrevivientes.
  • Estados Unidos envío donativo consistentes en frazadas de lana, 2 mil sábanas, platos desechables, cubiertos, mil 200 pijamas y medicinas.
  • Los habitantes de Guatemala también contribuyeron con víveres, ropa y medicinas, que hicieron llegar a la Cruz Roja.
  • Prensa Libre recibió donativos económicos que depositó en una cuenta para los damnificados, y el personal contribuyó con donativos para la construcción de un nuevo Hospital.

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