Los seguidores se abalanzaron hacia el vehículo en que se conducía la estrella, algunos se subieron al techo mientras otros empujaban el automóvil con tal fuerza que se creía que lo volcarían.
La policía que había sido destacada para proteger a la artista fue insuficiente para imponer el orden en el lugar. En vista de ello, Sarita y sus acompañantes cerraron el vehículo y reiniciaron la marcha por la sexta avenida, abriéndose paso en un mar de fanáticos.
La impresión de la actriz fue tal que sufrió de un ataque de nervios, según el informe médico de claustrofobia, al temer por su propia vida.
Cuanto el auto pudo librarse de la multitud, se dirigió al Hotel Maya Excelsior, en donde fue recluida en su habitación y puesta de inmediato bajo observación médica.
Público defraudado
En el interior del cine Capitol el público que había comprado sus localidades para ver actuar a Sarita Montiel, comenzó a dar muestras de impaciencia al notar que no se presentaba la artista. La mayoría de la gente ignoraba lo que sucedía aunque quienes se dieron cuenta, comenzaron a comentar que Sarita había sido asaltada por una muchedumbre en las afueras del recinto “que la habían prácticamente desnudado y golpeado”, algo totalmente falso.
Cuando la empresa anunció que la diva no se presentaría, los asistentes pasaron a las taquillas a reclamar su dinero, el cual les fue devuelto de inmediato.
Desorden en la calle
Después de que el vehículo que transportaba a Montiel se perdió de vista, la multitud, ya enardecida, comenzó a molestar a las damas que allí se encontraban, las cuales gritaban ante los abusos de que eran víctimas, “volaban zapatos femeninos por el aire y más de alguna tuvo que sufrir desgarraduras en sus vestidos”, se lee en la publicación de ese día.
El arribo de más policías evitó que las cosas degeneraran a un punto peligroso para los asistentes.