Se informó en el lugar que cuando los bomberos municipales acudieron al siniestro, varios vecinos casi al unísono les referían que en el interior estaba una persona. Otras más gritaban: ¡Es una niña, salven a la niña por favor…!, por lo que dos miembros de la entidad bomberil penetraron bajo las llamas.
Sin embargo cuando ya faltaban escasos metros para llegar al sitio donde se suponía que permanecía la niña de siete meses de nacida, un techo de láminas se les vino estrepitosamente encima, obstaculizándoles el paso y lesionándolos levemente. Ante aquella situación, se dijo, optaron por retroceder y volver a la calle, pero sin la chiquilla que murió entre las llamas.