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Pensamiento político: de Platón a Juan José Arévalo

¿Es lo mismo pensamiento y ciencia política que política partidista? Definitivamente, no. La política teórica forma parte de la ciencia política, es decir atañe a formas para gobernar.

Juan Jose Arévalo, con la banda presidencial. (Foto: Hemeroteca PL)

Juan Jose Arévalo, con la banda presidencial. (Foto: Hemeroteca PL)

Se entiende por “gobernar” la capacidad de pensar en el bienestar individual como forma de “autogobierno” hasta la facultad del Estado de definir planes orientados al bien común.

De los grandes del pensamiento político vale la pena recordar a Platón, con sus ideas de un mundo casi inalcanzable y casi perfecto; Aristóteles, con la idea del intercambio y el papel del Estado en el bienestar colectivo, y del hombre como “animal para vivir en comunidad”; San Agustín y su visión de la vida buena y la vida beata, manifestada en el papel de la justicia como equilibrio y freno a los apetitos carnales; Santo Tomás de Aquino, y su pensamiento sobre el papel del Estado en el cumplimiento de la Ley, en el cual ninguno, incluyendo al gobernante y a quien hace la Ley, está por encima de ella; Locke, y el papel del Estado en la protección de la vida, la libertad y la propiedad privada.

Este se contrapone a Hobbes, quien sostiene que el hombre no es más que un lobo en busca de saciar su apetito; Santo Tomás Moro y el papel de la justicia aplicada de forma recta, lejos de todo contubernio y favoritismos. Incluso podemos hablar de Maquiavelo y el papel del gobernante en mantener sumiso y “quieto” a su pueblo. Según él, todo el que quiera preciarse de ser buen gobernante debe tener una mezcla de león y zorro, tal y como lo manifestó en su famoso libro “El Príncipe”. 

Socialismo

No menos importante es el pensamiento político-filosófico de Marx y Engels, en la conceptualización de un Estado totalitario y una sociedad con vida y propiedad comunes. No son los únicos, pero su pensamiento ha trascendido fronteras.

Dos ejemplos
En plena campaña electoral, vale la pena recordar el pensamiento político de dos mentes guatemaltecas portentosas del siglo XX: Juan José Arévalo y Manuel Colom Argueta.

El pensamiento arevalista
Juan José Arévalo se definió como un socialista espiritual e impulsó reformas para integrar a las clases más pobres de la sociedad, basado en el New Deal del presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt. En su juventud estudió en la Escuela Normal Central para Varones y en 1923 ya era profesor ejemplar de dicho establecimiento.

Junto a su compañero de estudios Luis Martínez Mont crearon la revista literaria que denominaron Alba, en cuyos cuatro números publicaron textos de reconocidos escritores chapines como Rafael Arévalo Martínez, Flavio Herrera y Carlos Wyld Ospina. En 1927 el Gobierno del presidente Chacón convocó a un concurso para docentes, en donde el premio serían becas para estudiar pedagogía en el extranjero. Arévalo ganó una beca para estudiar en Argentina y su amigo Mont en Suiza.

Durante los mítines políticos y en la presentación del plan de gobierno de Juan José Arévalo la consigna política que gritaban los partidarios era únicamente ¡Viva Arévalo!, y era tanto el clamor que cuenta una anécdota que durante la presentación del plan de trabajo de otro candidato político (Adrián Recinos) en el otrora cine Lux, la gente empezó a ovacionar con dicha frase la candidatura del doctor Arévalo, que obligó a Recinos a salirse del lugar.

Fue así como en diciembre de 1944 Arévalo ganó lo que se consideran las primeras elecciones transparentes en el país, con un histórico sufragio del 85 por ciento de votos, con lo cual llegó a la presidencia el 15 de marzo de 1945. Durante su primer Gobierno de la Revolución se opuso a que Guatemala fuera una clásica república bananera con servicio de la frutera United Fruit Company, por lo cual impulsó una reestructuración en el Estado e impulsó la creación del Ministerio de Trabajo, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y la colonia El Maestro.

Sin embargo, el socialismo de Arévalo, interpretado como una especie de comunismo, le causó problemas a escala internacional por la influencia de Estados Unidos. El 13 de mayo de 1947 se promulgó la ley de Emisión del Pensamiento en Guatemala, la cual no censuraba ni coaccionaba el libre pensamiento en el país, se creó el Código del Trabajo y en 1949 el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), considerado el primero de ideología comunista en Guatemala.

“Meme” Colom
La vida y la obra de Manuel Colom Argueta son las de un ciudadano, un universitario, un político ejemplar no solo de Guatemala sino a nivel centroamericano y continental. La de un ciudadano de ideología social demócrata patriota, antiimperialista, y entrañablemente solidario con los seres humanos desposeídos y con quienes asumen su responsabilidad de luchar por el bien común. Axiológica y deontológicamente la vida y obra de Manuel Colom Argueta es la de una persona que tanto en su tránsito escolar y académico y como político que desempeñó importantes cargos públicos, uno de ellos Alcalde Municipal de la Ciudad de Guatemala, con capacidad, responsabilidad y acrisolada probidad.

Para él, nunca hubo obstáculo o impedimento alguno, y menos aún interés monetario, por jugoso que fuese, que le apartase del cumplimiento correcto de sus deberes como profesional del derecho o de servidor público.

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Manuel Colom Argueta, mente brillante de desarrollo urbano. (Foto: Hemeroteca PL)

Por su acendrado civismo y rectitud, por su preparación científica de universitario con responsabilidad social y de político de corte bolivariano, martiano, y de adolescente revolucionario guatemalteco del proceso de la década de la Primavera Democrática y de su infatigable bregar durante toda su vida por la libertad, el progreso independiente de Guatemala, mediante el accionar político de un sistema democrático representativo y participativo, cuya meta fuese la de una sociedad en la que las relaciones de producción y la convivencia de los guatemaltecos se desenvolviesen en una sociedad donde rigiese la justicia social y el Estado fuese absolutamente soberano y mantuviese relaciones cordiales de solidaridad con sus homólogos no desarrollados, en defensa propia de la dominación de potencias internacionales sojuzgadoras.

Por todas esas cualidades, Manuel Colom Argueta es merecedor del calificativo de hombre célebre, de prócer político, guatemalteco, centroamericano y de Nuestra América, de la segunda mitad del siglo pasado, cuyo ejemplo continúa esplendente durante el Siglo XXI y por siempre.

Cuatro frases célebres

  • “La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás”. Winston Churchill (1874-1965) Político británico
  • “La política no es una ciencia exacta”. Otto von Bismarck (1815-1898) Político alemán
  • “Creo en la democracia porque da rienda suelta a las energías de todo ser humano”. Thomas Woodrow Wilson (1856-1924) Político y jurista nortemaericano
  • “Quien hace política pacta con los poderes diabólicos que acechan a todo poder”. Max Weber

https://www.youtube.com/watch?v=UtDDBwDHXjU

Debate entre Manuel Colom Argueta y el actual vicepresidente Alejando Maldonado Aguirre. (Video: Youtube)

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