Hemeroteca

Tragedia aérea en Petén enluta al país en 1986

Fue noticia en las páginas de Prensa Libre en la edición del 19 de enero de 1986 una tragedia aérea ocurrida en plena selva petenera en la cual murieron más de noventa personas.

Titular de la portada de Prensa Libre del 19/01/1986. (Foto: Hemeroteca PL)

Titular de la portada de Prensa Libre del 19/01/1986. (Foto: Hemeroteca PL)

La aeronave volaba de la capital hacia Santa Elena, Petén, y transportaba a 2 canadienses, 56 guatemaltecos, 6 colombianos, 4 venezolanos, 2 costarricenses, 1 alemán, 1 griego, 2 británicos, 2 antillanos de Curazao, 5 norteamericanos, 2 holandeses y 2 de nacionalidad no confirmada.

El piloto Mario Acevedo y el copiloto Carlos Mazariegos se contaban entre las víctimas además del jurista y político venezolano, doctor Arístides Calvani, quien falleció con su esposa y sus dos hijas. Calvani había venido a Guatemala a la toma de posesión del presidente Vinicio Cerezo días atrás y su deseo era visitar Tikal junto con su familia.

De acuerdo a la publicación de Prensa Libre dicha tragedia aérea, en ese tiempo fue considerada como la más grande en número de víctimas ocurrida en Guatemala, después de la ocurrida en 1955 en el cerro de Raxón, Alta Verapaz, y la de Petén, en octubre de 1951, en la que fallecieron varios artistas reconocidos.

Teorías

Entre las primeras hipótesis se indicaba que la espesa neblina, el bajo techo o fallas mecánicas pudieron haber sido las causas del accidente aéreo. El jet de la compañaía Aerovías se estrelló contra un cerro conocido como “Poschec”, en jurisdicción de San Andrés, a pocos kilómetros del lago Petén Itzá.

Los empleados de la empresa informaron que fue hasta poco después de las nueve horas cuando empezaron a preocuparse por la tardanza del arribo de la aeronave. La misma torre de control notificó a las autoridades del aeropuerto que existía la posibilidad de un accidente, en vista de que los tripulantes pidieron pista minutos antes de las ocho horas.

Varios campesinos que vivían en poblaciones cercanas al lugar del accidiente afirmaron que observaron cuando el jet volaba entre la niebla y luego escucharon un estallido. Bernardo Chávez llegó al lugar de la caída de la aeronave y vio que estaba partida en dos e incendiándose. Intentó rescatar algunos cadáveres pero le fue imposible ya que se producían retumbos al estallar los tanques de gasolina.

La Fuerza Aérea de Guatemala se hizo presente al lugar para efectuar labores de rescate, las cuales fueron muy difíciles por lo inaccesible del sector, y extrajo los cadáveres, algunos de ellos irreconocibles.

Drama de familiares

Numerosos parientes de las víctimas se presentaron a la sede de la empresa Aerovías de Guatemala para conocer la situación de sus familiares. Escenas de dolor se veían en personas que habían perdido incluso a todos sus parientes.

Los personeros de la entidad indicaron que no podían explicar en ese momento las causas del accidente ya que los pilotos eran personas con más de 22 mil horas de vuelo y conocían perfectamente el terreno. Agregaban que la nave, un jet Caravelle, tenía poco tiempo de haber sido adquirido y había hecho varios vuelos a la ciudad de Flores sin ningún problema.

A los dos días del accidente el número de cadáveres era de 93, aunque inicialmente se habló de 90. Varios de ellos fueron trasladados a sus países de origen, la mayoría eran guatemaltecos y fueron inhumados en diferentes cementerios.

Se formó una comisión especial para investigar las causas del accidente, la cual trabajó durante varias semanas con expertos extranjeros. En marzo de ese mismo año presentaron el informe final de la investigación, que determinó que el accidente fue provocado por la poca experiencia de los pilotos en el manejo de aviones tipo Caravelle, ya que interpretaron en forma errónea el altímetro, además de las condiciones adversas en el área del aeropuerto de Santa Elena.

ESCRITO POR: