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Yaxhá: triángulo maya

El sol se pone en Petén. Desde la cúspide del templo pirámide de la acrópolis este de Yaxhá el paisaje se transforma con las últimas luces del día: la laguna refleja el atardecer y la selva tropical despierta.

El atardecer visto desde las ruinas es una experiencia maravillosa. (Foto: Hemeroteca PL)

El atardecer visto desde las ruinas es una experiencia maravillosa. (Foto: Hemeroteca PL)

Este espectáculo se repite cada jornada en este parque, conocido como Triángulo Yaxhá-Nakúm-Naranjo, donde naturaleza y arqueología se funden en total armonía.

Monumentales ciudades mayas, exuberante vegetación, impresionantes lagunas, grandes pantanos y cuencas de ríos milenarios pueden encontrarse en las 37 mil hectáreas que forman esta región, contenida dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas y conectada al oeste con Tikal.

Ruinas y lagartos

Situada al norte de las lagunas de Yaxhá y Sacnab, sobre una colina y ocupando una extensión de tres kilómetros, se encuentra el sitio arqueológico Yaxhá.

Su importancia monumental se basa en la presencia de grandes plataformas, calzadas, avenidas y más de 500 edificaciones. Esta ciudad maya fue, en su época de esplendor, aliada de Tikal y enemiga de Naranjo, desde donde fue atacada y destruida varias veces hasta su decadencia, a finales del Período Clásico Tardío (900 d.C).

Una de las características más sorprendentes para los turistas es la existencia de montículos que esconden ruinas en su interior. ¿Por qué no los descubren?, se preguntan. “El mantenimiento de estas construcciones es muy difícil y no tenemos fondos suficientes.

Por ejemplo, si descubrimos un monumento y lo descuidamos, en un mes la vegetación lo ha cubierto de 35 a 40 centímetros. Después de cinco años, los ha tapado completamente”, explica Raúl Noriega, arquitecto restaurador del parque.

Los visitantes de Yaxhá pueden, además de conocer esta zona monumental, disfrutar de la naturaleza ya que el sitio se encuentra en pleno bosque tropical húmedo. Además de escuchar los aterradores gritos de los saraguates o monos aulladores, una de las mayores distracciones consiste en buscar lagartos en la laguna.

Los trabajadores del lugar comentan lo sencillo que es verlos pasear por la orilla a primera hora de la mañana, pero es más emocionante salir de madrugada en barca a buscarlos bajo las estrellas. En el centro de la laguna Yaxhá, otro enclave maya, conocido como Topoxté, se desarrolló.

Esta isla, que dependiendo de la época se transforma en península, mide cerca de 300 por 400 metros y está formada por dos partes elevadas, en una de las cuales se encuentra la plaza principal. Su secuencia constructiva fue extensa, más que en Tikal y Yaxhá, ya que se continuó construyendo después del colapso del Período Clásico; de hecho, hay edificaciones construidas en 1450 dC.

Más impresionante que Tikal

A pocos kilómetros del campamento de Yaxhá se encuentra Nakum, un sitio arqueológico más impresionante que el propio Tikal por su gran cantidad y concentración de arquitectura visible. En su sector sur se encuentra la acrópolis principal, una monumental colina artificial que alberga 11 patios, un sin número de edificios y otra acrópolis superpuesta en el centro, perteneciente todo ello al Período Clásico.

Los 17 kilómetros de bosque que separan Nakum de Yaxhá pueden recorrerse en hora y cuarto si el camino se encuentra en buen estado como para utilizar vehículo. Si es época de lluvia, sólo se puede acceder al lugar después de tres horas y media de caminata, por ello, hasta allí sólo se acercan una media de 10 turistas al mes. Más accesible se encuentra el Naranjo, a 18 kilómetros y a hora y 40 minutos del campamento.

Esta ciudad maya cuenta con varias acrópolis monumentales, edificios para el juego de pelota, escalinatas jeroglíficas y calzadas. Otros lugares que pueden visitarse alrededor del Parque Nacional son Poza Maya, entre Yaxhá y Nakum; Tzikintzakán, a orilla del camino a Melchor de Mencos; La Blanca, a tres kilómetros de la comunidad del mismo nombre; Holtúm, cercano a La Máquina; La Naya, Ixtinto y San Clemente, al suroeste de las lagunas.

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