Un periodista en el bastión rebelde de Donetsk escuchó intensos bombardeos durante una hora en la madrugada del domingo en el norte de la ciudad, cerca del aeropuerto regional, que cayó en manos de los rebeldes hace un mes tras intensas batallas.
El miedo también está creciendo en Mariupol, una ciudad portuaria controlada por el gobierno que se está convirtiendo rápidamente en otro punto caliente, donde se han registrado bombardeos continuos. Kiev asegura que 20 tanques rusos se han desplazado hasta allí.
A pesar de las hostilidades, los oficiales ucranianos y los separatistas dijeron que habían acordado empezar, por fin, la retirada del armamento pesado, un paso que supuestamente tendría que haberse dado el pasado martes y que tendría que completarse antes del 3 de marzo.
“Los documentos han sido firmados para empezar a retirar las armas pesadas a lo largo de toda la primera línea de fuego” , dijo el general ucraniano Olexander Rozmaznin.
El líder rebelde de la autoproclamada República de Dontesk, Eduard Basurin, declaró a través de la agencia de noticias de los separatistas que un “trabajo preparatorio” para la retirada de armas sería llevado a cabo antes que las armas se empiecen a retirar el martes, un proceso que tendrá que habrá finalizado el 7 de marzo.