Una de sus últimas y más importantes intervenciones en público fue el pasado 20 de abril, la víspera de que el Parlamento convocara los comicios.
En esa ocasión, Al Asad se dio un baño de masas en la población de Malula, una localidad de mayoría cristiana recuperada recientemente por el Ejército.
Vestido con un traje beis y sin corbata, el presidente se erigió como el gran protector del pueblo sirio frente al “terrorismo“, pero al mismo tiempo se mostró cercano con los vecinos, a los que se aproximó para saludar.
Ese día, que coincidió con el Domingo de Resurrección, Al Asad hizo una ronda por Malula, junto a religiosos cristianos en un guiño a esta minoría del país, ante la que él se presenta como benefactor frente a los “terroristas” de ideología “takfiri” (islamista radical) , que amenazan Siria.