Judaidat Arar es uno de los varios centros de mando y control encargados de vigilar los movimientos sospechosos a lo largo de los 800 kilómetros de la frontera norte del reino.
Tras unirse a la coalición internacional encabezada por Estados Unidos contra el EI, Riad reforzó su seguridad en la frontera iraquí con un sofisticado sistema de vigilancia por vídeo, en el marco de las medidas adoptadas para protegerse de eventuales represalias de los yihadistas, que controlan amplios territorios en Irak y Siria.
En enero, tres guardias fronterizos saudíes murieron en un sector próximo a Suwayf en un enfrentamiento con cuatro intrusos “terroristas”. Los atacantes, de nacionalidad saudí, también fallecieron, entre ellos dos suicidas.
Aunque las autoridades no responsabilizaron directamente al EI de este ataque, Riad ha afirmado en cambio que tres saudíes hirieron de bala en septiembre a un danés en un ataque perpetrado “en apoyo” al grupo Estado Islámico y, el mismo mes, siete miembros de la minoría chií murieron a manos de unos atacantes vinculados con este grupo yihadista.
– ‘Sin disparos de advertencia’ –
En una estancia parecida a una pequeña sala de conferencias, cinco oficiales vigilan un flujo de imágenes procedentes de las cámaras y los radares instalados en la frontera. Si detectan imágenes sospechosas en una pantalla, los guardias fronterizos de intervención rápida reciben un mensaje en sus ordenadores portátiles.
“Cuando hay un incidente, enviamos seis hombres y dos vehículos” como mínimo, explica el comandante Rashidi, que precisa que los soldados están armados con fusiles y ametralladoras.
El centro del comandante Rashidi sustituye así las patrullas tradicionales, que reconocían el terreno previamente sin la asistencia de los equipos electrónicos.
En noviembre, el reino amplió también de 10 a 20 kilómetros la zona de exclusión a lo largo de la frontera. “Es muy difícil” acceder ahora, afirma el comandante.
El general Mohamed al Ghamdi, portavoz de los guardias fronterizos saudíes, anunció recientemente haber recibido la orden de “abrir fuego” contra cualquier intruso, “sin disparos de advertencia”. Rashidi precisó, no obstante, que sus hombres no habían aplicado hasta el momento esta directiva, que afecta a los 189 kilómetros de la frontera que deben controlar.
La carretera asfaltada que atraviesa la región desértica de Suwayf rumbo a Irak está rodeada de verjas coronadas con alambres y se encuentra bloqueada. Aunque el EI no controla los territorios del extremo sur de Irak, los atacantes de enero intentaron acceder a territorio saudí por este punto. Y las cámaras los detectaron.